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Los incendios de casillas, la otra cara del déficit habitacional | ||
Se registra un promedio de siete casos por mes. Ante la falta de respuestas del Estado, miles de familias pobres construyen viviendas con materiales altamente combustibles y precarias instalaciones y en condiciones de hacinamiento, caldo de cultivo ideal para los siniestros. Los casos intencionales apuntan a una feroz competencia por el espacio disponible. | ||
Durante el período 2000-2004 creció considerablemente la cantidad de asentamientos en la ciudad de Neuquén. Muchos de los más populosos aparecieron por entonces, como toma Norte o Almafuerte. Familias jóvenes emigraron y formaron cordones en la periferia de sus barrios de origen, Bella Vista en Cuenca XV o la reciente toma El Tanque de Parque Industrial. Changarines, lavacoches, empleadas domésticas y de servicios de limpieza con planes, cajas y tickets de la provincia y el municipio se instalaron en el noroeste. "El gobierno ha prometido muchas cosas. Estoy medio rechiflada con ellos. Acá vienen de todos lados, la gente pide los terrenos por buena ley, no se los dan, se meten", contaron. Y con las casillas llegaron los incendios. Según la Dirección de Bomberos de Neuquén, en el 2007 se registraron 89 incendios de viviendas precarias en la capital, un promedio de siete por mes, y en lo que va de este año se quemaron más de 35. Se calcula que una construcción de veinte metros cuadrados tarda entre tres y cinco minutos en consumirse. En el asentamiento 5 de Abril hay ranchos de cinco por tres y también carpas. "Tenemos dos familias que están en carpas porque no les da para comprar maderas", aseguró Rubén, el delegado. 5 de Abril es un caserío que se creó hace tres años y lleva el nombre del día de su fundación. Está ubicado junto a Altos del Neuquén y Argentina. Desde la Subsecretaría de Vivienda del municipio informaron que 4.500 son las familias que viven en las sesenta tomas de la capital. El servicio de bomberos cuenta con dos cuarteles para atender la zona oeste: el 6, de Hipódromo, y el 2 de Gregorio Álvarez. En ocasiones interviene el Central.
DÉFICIT HABITACIONAL
Al día siguiente de ocurrido uno de los tantos siniestros se le preguntó a un vecino por qué se producían los incendios. "Porque vivimos rodeados de nailon" fue la respuesta. El nailon es una fibra sintética altamente resistente, un derivado de la industria del petróleo. La explotación de este hidrocarburo es una de las principales actividades económicas en Neuquén. Extraoficialmente se estima que en los últimos cinco años los ingresos por regalías rondaron los mil millones de pesos. Las cifras que difundió el gobernador Jorge Sapag en su discurso de abril pasado lo confirman: 1.057 millones en el 2007 y 1.014 en el 2008. Sin embargo, tanto ayer como hoy los recursos no fueron ni serán empleados para financiar planes de viviendas. El Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU) construyó sus dos últimos planes en la ciudad en 1999. Se trató del "sector kartódromo" del barrio San Lorenzo Sur y de cincuenta casas en Confluencia, entregadas en el 2001 en el contexto de un desalojo policial que terminó con la vida de Rubén Arias. En la actualidad, el IPVU es un organismo recaudador. Está abocado al recupero financiero y de viviendas: cobra cuotas, refinancia deudas y regulariza la situación de las casas adjudicadas que, por alguna razón, no están en manos de sus propietarios. Uno de los mayores problemas del instituto es el atraso en la escrituración; hay denuncias de demoras de más de diez años. El oxidado sitio de internet oficial aún conserva la leyenda "El IPVU atiende las necesidades de los sectores en situación de desamparo y provee soluciones, a fin de permitir su acceso a la vivienda". En el 2005 se lanzó la Agencia de Desarrollo Urbano Sustentable (ADUS), una suerte de entidad crediticia que brindó soluciones habitacionales focalizadas. La ley 2460, de su creación, establece como misión en uno de los incisos del artículo segundo "implementar mecanismos operacionales para potenciar y revalorizar el sector de la vivienda como factor vital y prioritario de progreso social y crecimiento económico, aprovechando su dinámica para reorientar los recursos destinados al sector y estimular su eficiente movilización". Fuentes confiables revelaron que hasta fines del 2007 existieron transferencias de fondos Fonavi por dos millones de pesos a la ADUS. En el área de informes de la agencia dijeron que hace un año que no se otorgan préstamos. El déficit habitacional declarado por las autoridades provinciales, en Neuquén, es de cuarenta mil viviendas. En el municipio advirtieron que en la capital el faltante total alcanza las 15.000 familias, 7.500 en estado crítico. Una casilla alberga a no menos de tres personas y en algunas viven hasta seis. En la tierra del petróleo abunda el nailon. LA INTENCIONALIDAD Las causas de los incendios devienen de las condiciones de habitabilidad: una precaria instalación eléctrica que se recalienta, una vela que cae sobre un colchón, la explosión de garrafas, un desperfecto en la estufa casera, ropa secándose cerca de una salamandra y el rugido del viento que precipita la tragedia. Cuando se inicia una investigación policial y los peritos sostienen que "hay elementos que indican que fue intencional" el hecho adquiere otro matiz. La intencionalidad soslaya la exclusión, pues sólo una construcción de cantonera, nailon y chapa puede ser devorada por las llamas en cuestión de minutos. Para los bomberos, el daño se origina por la falta de viviendas. Son muchos los casos de casas deshabitadas que son quemadas para limpiar el terreno y después ocuparlo. "Si me muevo va a entrar otra familia". Daniela compró un sitio en Estrella Federal de Villa Ceferino por mil pesos. Con ayuda de sus compañeros de trabajo levantó la pieza y el baño donde vive con sus cuatro hijos. El matrimonio que se lo vendió fue relocalizado, porque ese espacio no es apto para edificar. Daniela se quedará de todas formas allí. "Nueve meses alquilé una casa por 1.200 pesos y me fui porque no podía pagar más", afirma. "Los inquilinos de más bajos ingresos están mirando las tomas", sostuvo uno de los integrantes de la Organización Neuquina de Inquilinos (ONI-CTA), Jorge Abella. Y agregó: "El plan de créditos hipotecarios para inquilinos que presentó el gobierno nacional en el 2006 no funcionó por el alto costo de los inmuebles en Neuquén y el Banco Provincia del Neuquén tiene intereses de financiera. Hace quince años que alquilo; yo ya he pagado una vivienda y no soy dueño ni de un picaporte".
Víctimas En setiembre de 1998 murieron seis hermanos que vivían en una casilla de madera en la toma Esfuerzo de la ciudad de Neuquén. Su mamá había salido en busca de nafta para una moto. La canilla de agua más cercana estaba a un kilómetro. Según los datos provenientes del archivo de este diario, desde setiembre de 1999 hasta octubre del 2000 se produjeron 23 incendios de casillas y 14 víctimas fatales. Los siniestros ocurrieron en los barrios de la capital Colonia Rural, Nueva Esperanza, Sapere y Valentina Sur y en las localidades de Tricao Malal y Centenario. Desde fines del 2000 hasta principios del 2004 se redujo el número de hechos. A partir del 2005 los casos se incrementaron y el fenómeno se concentró en los asentamientos de la ciudad. En febrero del 2008 murieron dos hermanos en el asentamiento Bella Vista. Tampoco había agua para combatir el fuego. Cinco días antes Farizano había anunciado que estaban disponibles los fondos federales para viviendas.
Muerte en la hoguera Salvo el cansado de vivir, nadie quiere morir. Por lo tanto hasta la muerte natural, cuando viene precedida por alguna clase de agonía (o “sufrimiento previo”, como propuso como ideal de la pena de muerte en tiempos menemistas una dirigente del justicialismo neuquino), da dolor. Mucho más cuando la decreta el poder, valiéndose de alguno de los instrumentos de matar usados a lo largo de la historia. Desde la crucifixión romana que la Iglesia Católica exhibe como emblema hasta la hoguera de la Inquisición, pasando por la guillotina, la horca, la silla eléctrica, el garrote vil del franquismo y la más moderna inyección letal de Estados Unidos, la hoguera es el castigo más cruel. Un caso dominante en la historia de la maldad fue el del médico y teólogo español Miguel Servet, quien con la teoría de la circulación pulmonar de la sangre hizo –en una obra teológica que cuestionaba la concepción oficial de la Santísima Trinidad– el más grande aporte a la fisiología en el siglo XVI. Perseguido por la Inquisición huyó a Ginebra, donde cayó en manos de Ítalo Calvino, quien lo condenó a morir quemado a fuego lento. Se usó, a ese fin, leña verde. En su “Historia de los heterodoxos españoles”, Menéndez y Pelayo dio detalles del sadismo fanático que consumió a Servet en nombre del Supremo Hacedor. “Era mediodía. Servet yacía con la cara en el polvo, lanzando espantosos aullidos. El verdugo prendió fuego con una tea en los haces de leña y la llama comenzó a levantarse y a envolver a Servet. Pero la leña ardía mal y además se había levantado un impetuoso viento que apartaba las llamas. El suplicio fue horrible: duró dos horas y por largo espacio oyeron los presentes los desgarradores gritos de Servet. Algunos de los que le oían, movidos a compasión, echaron a la hoguera leña seca para abreviar su martirio. Al cabo, no quedó de Miguel Servet más que un montón de cenizas, que fueron esparcidas por el viento”. Eso fue en octubre de 1553. Después, pasados 450 años, los calvinistas, arrepentidos, le levantaron a Servet un monumento en el lugar del suplicio. Giordano Bruno, quemado en Roma por la Inquisición, también tiene hoy el suyo. La hoguera, hoy y desde hace algunos siglos, ha quedado en desuso. Pero sólo como pena, una gran pena, impuesta a los pecadores. Ahora sobrevive en el castigo a los pobres. Se dirá que ya no es el Estado el responsable, tampoco la justicia de Dios. No se sabe quién es. ¿Será la fatalidad? (J. G.)
JORGE GADANO LAURA LONCOPÁN BERTI |
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