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Esperando el acueducto

El radio de acción de los Hansen fue y sigue siendo el departamento Adolfo Alsina, en la provincia de Río Negro, cuya cabecera es Viedma. Allí, sobre los campos de secano se está construyendo un acueducto ganadero-turístico.

El área abarca el sector comprendido entre la Ruta Nacional 3 y la costa marítima. La superficie beneficiada superará las 310.000 hectáreas. Se contemplan además los requerimientos potenciales del sector turístico a lo largo del camino de la costa atlántica, zona de aguas claras y cálidas con playas que recién en la década del '90 comenzaron a ser accesibles para los visitantes.

El tendido de las cañerías se hizo en una primera etapa de casi 40 kilómetros, con un final de obra en octubre del año pasado. Queda pendiente el aporte de los 130 productores beneficiarios para llevar el servicio de agua a cada campo, mientras que el Estado rionegrino -por intermedio del Departamento Provincial de Aguas (DPA)- ya realizó una inversión inicial de 10 millones de pesos.

El compromiso original prevé el financiamiento de la provincia, la Nación y los productores. Cada uno debe aportar un tercio de la obra. A cuatro años del inicio de las tareas, el único aporte correspondió a la provincia.

Aún no hay una estimación precisa respecto de en qué fecha se concretarán las primeras redes secundarias.

Una vez concluida toda la obra contará con un sistema de derivación con compuerta. La conducción por tubería se hará hasta una doble cámara decantadora. Habrá dispositivos para su limpieza y cámaras de captación. Poseerá además un edificio y una estación de bombeo, con un equipamiento final de tres electrobombas.

El área descripta es una de las zonas ganaderas de mayor capacidad productiva de la provincia, en la que tradicionalmente ha predominado la cría de ganado lanar y que en los momentos de mayor prosperidad alcanzó un producto bruto aproximado de tres millones de dólares.

En la actualidad la ganadería ovina está siendo abandonada paulatinamente como consecuencia de factores estructurales, entre los que se destacan la persistente disminución de los precios de las lanas y el incremento de los costos de producción, situación que haría suponer que tal como ha ocurrido en otros departamentos de la provincia -Pichi Mahuida, Conesa, Avellaneda- las ovejas serán reemplazadas por vacunos.

Pese a que es la alternativa más probable, el desarrollo de la ganadería bovina se ve fuertemente limitado por la elevada salinidad de las aguas subterráneas de la zona que, si bien en su mayoría son aptas para el consumo por el ganado ovino, resultan mayoritariamente inadecuadas para el bovino. Esto se traduce en fuertes pérdidas de producción.

Adicionalmente, con el tiempo el mayor consumo de agua produce un incremento de la salinidad, por lo que se presupone que en un futuro buena parte de los campos que incorporen la cría de ganado bovino se encontrará subexplotada o abandonada.

Por otro lado, la actividad turística en la franja costera del área posee un potencial que sólo comienza a visualizarse con la apertura del camino de la costa, en el que la ciudad de Viedma centra una buena parte de sus expectativas de crecimiento económico pero cuyo desarrollo aún se encuentra limitado por la carencia de agua para la implantación de centros de servicios turísticos.

Así, la escasez de agua tanto para las actividades ganaderas como para las turísticas constituye una severa limitación para el desarrollo futuro de la actividad económica en el área de influencia de la ciudad.

En consonancia con las propuestas de reconversión económica y turística se busca detener el proceso de desertificación provocado por la cría de ovinos en razón del menor impacto que sobre las pasturas tiene el pastoreo de bovinos a raíz de los distintos hábitos alimenticios de ambas especies.



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