La casa se estructura en dos plantas: en la primera se sitúa una sala, servicio de toilette, cocina comedor integrados y el atelier del propietario. Subiendo por unas antiguas escaleras en mármol, en la segunda planta, hay un estar, dos alcobas, el baño y la terraza. “Tratamos de mantener la estructura original de la casa y también de conservar o imaginar sus ambientes en la manera que fueron planteados hace 80 años atrás. Hicimos pequeñas obras de mejoramiento en la cocina, en los dos baños y en nuestro cuarto”, dice Victoria, creadora de Bonomy (www.bonamy.com.ar), graciosa marca de ropa para niños. Los espacios están llenos de matices, detalles, elementos únicos. Con objetos que transportan el hogar a otras épocas y lugares, pinturas que parecen habitar la casa de pequeños personas fantásticos, y muebles que cuentan una larga historia. En cada ambiente se percibe una personalidad nostálgica y candorosa. Los tres miembros de la familia han ido apropiando cada tramo de su espacio, pintando, decorando y decidiendo la función ellos mismos. Han hecho de su casa una obra personal y auténtica: “Los espacios los fuimos armando muy de a poquito. Cada uno para nosotros tiene un nombre, una identidad, tratamos de que todos los rincones de la casa sean diferentes, pero que a su vez exista una especie de convivencia o comunión entre ellos. Casi siempre trabajamos con el azar, es un trabajo mas intuitivo que racional, el que hacemos en el momento de poner un clavo y colgar un cuadro. Tenemos una pasión por ir armando nuestra casa”, dice Lucas. Como en una obra de arte, el color fue parte esencial de los valores que quisieron imprimir los propietarios en las distintas esquinas de su hogar. En palabras de los autores, “el color en los ambientes es fundamental para nosotros. Cada espacio tiene una paleta distinta, pensamos que nuestra casa debería tener un tinte lúdico, y aquí el color juega un papel bastante importante. El azar nuevamente se aparece en este camino, el último color que pusimos fue el que nuestra hija nos señaló con el dedo”. En el penthouse hay lugares que reciben especial atención: “Nuestro lugar favorito podría ser la cocina - comedor. Pasamos bastante tiempo allí, nos resulta muy cálida y cómoda al mismo tiempo, es un lugar que disfrutamos mucho en familia y también con amigos”. Para que este espacio fuera el lugar que soñaban, espacioso, ventilado e iluminado e integrado a un románico comedor se hicieron algunas modificaciones: “La cocina la agrandamos aproximadamente un metro, agregamos una ventana y la dividimos del comedor con un tablón de madera al que llamamos “barra”.” Estas pequeñas obras de construcción, más los tonos cálidos de las paredes, una biblioteca en madera con libros antiguos, pequeñas repisas con botellitas estilo campestre, bordados sobre la mesa y siempre flores en los jarrones, crean un ambiente simplemente encantador, relajado y familiar. El sistema para ordenar las ollas, consistente en una barra de metal horizontal sobre la altura de la cabeza, de donde cuelgan grandes ganchos, resulta práctico para evitar humedades a la vez que complementa el estilo espontáneo y alegre que prima en la casa. Con su piso en losa de cerámica en mosaico, los colores contrastantes en la barra y el verdor de las plantas, la cocina comedor parece haber salido de un cuento del realismo mágico de García Márquez. Otra de las transformaciones importantes se realizó en los baños. “Los baños originales de la casa los desmantelamos e hicimos todo de nuevo. Al baño de la planta baja le quitamos mucho espacio al agrandar la cocina, de modo que nos quedó un toilette en el que pusimos el mármol de una cómoda antigua para apoyar el lavamanos. El piso lo hicimos de cemento alisado con una guarda de mosaicos antiguos.” Los dueños también pensaron en la comodidad: “En la planta alta armamos el baño completo con el lavatorio afuera, tiene una puerta que da al pasillo y otra a nuestro cuarto”. Las transformaciones no fueron solamente estructurales, también la firma de los autores se percibe aquí: fondos de colores acuáticos que los distinguen del resto de la casa, cuadros, espejos que varían en sus tamaños y marcos, acuarelas en los muebles y griferías con aires de melancolía convierten los baños en espacios oníricos. Para las alcobas, la terraza y la zona social la pareja ha buscado minuciosamente un significado. Por esto tras cada elemento hay una memoria, un origen y un destino que da vida y carácter a la vivienda. Los dueños expresan su amor por los detalles de valor no solamente estilístico sino también sentimental: “Los objetos que nos gustan son esos que no se encuentran fácilmente, objetos que están perdidos en el tiempo, que no están estandarizados. A todas estas cositas que no tienen lugar les ofrecemos un espacio. Con los muebles nos pasa un poco lo mismo, nos gustan los muebles de nuestros abuelos”. Debido a esto, la manera de seleccionar o conseguir las cosas que se encuentran en su casa no tiene nada de convencional: “Muy pocas veces salimos a buscar algo en especial, la mayoría de objetos y muebles que decoran nuestra casa son encontradas en mercados de pulgas, antigüedades, o algunos muebles los heredamos”, añaden ellos. La misma pasión por los objetos se extiende a las telas: “Del diseño textil nos interesa su movimiento, sus formas naturales y colores, en base a esto también diseñamos algunos espacios, creo que es una experiencia de nunca acabar.” La pareja y su hijita viven en esta casa en pleno proceso creativo permanente. El lugar, siempre en reinvención, acompaña la vida cotidiana y se transforma junto con los eventos de la familia. En este diario devenir de los espacios la vitalidad está siempre presente. Como dicen los propietarios, “nuestra búsqueda es definitivamente intuitiva. A veces no logramos dormir pensando en que hace falta un elemento en un rincón, o estamos muy entusiasmados con algo, nos despertamos temprano y decimos… ponemos mosaicos.. pintamos las paredes... Hacemos esto o lo otro. Es un proceso natural, muy libre: esta forma de trabajar no nos condiciona en nada. Por el contrario, si no quedamos satisfechos con algo volvemos a insistir al día siguiente.”
|