" Borocotización. Nadie lo puede asegurar, pero en su fuero íntimo el diputado Julio Arriaga se está arrepintiendo de su voto de último momento al oficialismo por las retenciones a la soja tras abandonar el compromiso con Felipe Solá sin ponerse colorado. Arriaga sigue soportando malos tragos. En su "rendición de cuentas" ante la Mesa de Enlace Regional, el miércoles, hasta se equivocó y le adjudicó al productor de Fernández Oro Edgardo Artero la sugerencia de que "se vaya de la ciudad con toda su familia" que se había lanzado por LU19. No había sido Artero, quien llegó tarde al encuentro sin escuchar la furiosa respuesta de Arriaga. Dicen que al finalizar la reunión, ya entrada la noche, se encontraron frente a frente y Artero le aclaró que él no se había metido con su familia pero que todos pensaban que en el recinto había actuado "como la misma mierda". El clima de la reunión fue durísimo para el diputado. Pocas horas después soportó otro momento difícil en una agencia de viajes céntrica de Cipolletti. Gestionaba pasajes cuando recibió recriminaciones, y uno de los responsables del local hasta lo habría tratado de "traidor" para con los productores. Son situaciones que pueden repetirse a medida que crezca la bronca y se acerque la definición en el Senado. Arriaga reza todos los días para que el gobierno nacional le mande señales positivas sobre la baja de las retenciones para peras y manzanas. Por ahora todo quedó en aquella endeble promesa que le habría hecho el jefe del FpV, Agustín Rossi, justito a la hora de votar. Un calvario para el dos veces intendente cipoleño y -para colmo- médico, como Lorenzo Borocotó: ingresó en el equipo de los "borocotizados" en los crueles comentarios de las mesas de café.