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Nadal le pegó a Federer donde más le duele
El español demostró que es el mejor del momento. Después de un juego grandioso se quedó con el título de Wimbledon, el torneo por excelencia del suizo. Ganó su primer “Grande” lejos de París e igualó un record que poseía Björn Borg.

Más allá de lo que dicte el ranking, después de lo visto durante la final de Wimbledon, la sensación es una: Rafael Nadal es actualmente el mejor tenista del planeta. Por tesón, por ser depositario de un talento que no tiene techo a la vista y porque posee la plena convicción de que debe ser el número “1”. Su víctima en Wimbledon fue otra vez Roger Federer, amo y señor del césped británico hasta ayer, cuando cayó en las “garras” de un joven pelilargo de rostro aniñado y juego voraz. El 6-4, 6-4, 6-7 (5), 6-7 (8), 9-7 final es evidencia de un juego fantástico.
El partido tuvo ribetes antológicos, algo previsto ante la magnitud de los contendientes y lo que se jugaba. Porque a cada uno de ellos los moviliza la ambición. El suizo jugaba su séptima final al hilo en Wimbledon y buscaba su sexta corona en fila, con lo que superaría la marca de Björn Borg y se acercaría a la de Pete Sampras, que alzó siete veces el bello trofeo de oro, aunque no en forma consecutiva.
Rafa le dio una lección a sus (cada vez menos) detractores al dejar en claro que no sólo en polvo de ladrillo es capaz de ganar un “Grande”, ya que en París es tetracampeón. También igualó un record de Borg, el único desde 1980 en ser campeón de Roland Garros y Wimbledon.
Que el clásico moderno del tenis mundial está muy a favor de Rafa es tan cierto como que la hegemonía de ambos con respecto a los demás tenistas del circuito es enorme.
Pero la victoria del español, de 22 años, cambia radicalmente el plano de la situación. Porque si bien algunos especialistas se entusiasmaron de antemano con un desenlace como el que finalmente se dio, ya que Rafa venía en llamas y antes había ganado en la hierba de Queens, Federer siempre fue el favorito, debido a que en esa superficie no perdía desde 2002 (65 partidos invicto, 40 en Wimbledon).
Nadal, siempre corajudo, se vengó de las dos finales anteriores en el GS inglés y amplió la brecha ganadora ante el gran Roger (12-6), al que había dejado en ridículo el mes pasado en la capital francesa, durante una final que ganó en tres sets y apenas resignó cuatro games. Ahora es el segundo español en obtener el trofeo masculino, como lo hizo hace 42 años Manolo Santana.
Duro es el panorama del suizo, si se piensa que aún no se alzó con ningún ‘GS’ 2008 y que ya perdió nueve veces en el año, lo que convierte a este temporada en la peor desde el comienzo de su reinado, allá por 2004. Así y todo, Roger ya ganó 12 “grandes” y está a dos de Sampras, aunque los más escépticos hablan de su declive y aseguran que a su edad, 26 años, grandes como Borg o McEnroe ingresaron en el ocaso.
El partido de ayer fue caliente, emotivo y todos los adjetivos similares que desee utilizar. Los dos fantásticos jugaron la final más larga de la historia de la competencia, al durar 4 horas y 48 minutos, y una de las más extraordinarias e imprevisibles.
Dos veces se detuvo el juego por la lluvia e incluso la noche estuvo a punto de sorprenderlos en plena batalla, algo que hubiese provocado la suspensión, porque Wimbledon no acepta luz natural. Todo acabó con Nadal tendido en el césped, entre alegres sollozos y una ovación que bajó en cataratas.
Rafa, el irreverente Rafa, que en cualquier otra época habría llegado ya probablemente al número uno, saldrá de Wimbledon a 545 puntos del primer lugar para cerrar así una semana de ensueño para su país, aún sumergido en los festejos por la obtención de la Eurocopa de fútbol tras 44 años se sequía.

Partido de novela

Drama, records, lluvia: nada faltó durante una final histórica que se llevó Rafael Nadal, por 6-4, 6-4, 6-7 (5-7) y 6-7 (8- 10) y 9-7, y que dejó a Roger Federer con ganas se sumar su sexto Wimbledon.
El suizo seguirá como número uno del mundo, pero el español le pisa los talones. Hasta ayer, Roger no había perdido ningún set, pero Rafa rompió su servicio en el tercer juego, después que el ibérico cometiera un error en la devolución. ¿Una premonición? Federer pudo recuperar al siguiente game, pero el español siempre parece mentalmente más poderoso y por eso se llevó el primer parcial. Explicable, entonces, que Roger gritara con rabia cuando al fin quebró en el segundo juego de la siguiente manga.
Hasta 4-1 llegó a liderar el suizo, pero ante la atónita mirada de los más de 15.000 espectadores que llenaron el “Centre Court” del All England Club, Nadal recuperó el servicio perdido en el séptimo y rompió en el noveno para sellar otro 6-4, luego de un impecable servicio.
Las nubes regresaron en el tercer set y el público se puso a favor de Federer. Era claro que quería más tenis. Con las cosas 3-3, la lluvia llegó para salvar al suizo. Pasó una hora y 20 y la vuelta del número 1 fue diferente, más certero con su derecha y letal con su servicio.
Se llevó el tercero sin sufrir en el tie-break y se agarró a la cancha con todas sus fuerzas en el cuarto, en el que Nadal tuvo hasta dos match point.
Ya en el quinto set volvió la lluvia y cuando el juego se reanudó estaban 2-2. Fueron golpe por golpe  hasta el décimo quinto game, cuando Nadal quebró el servicio del ibérico, se impuso con su saque y así rubricó la idea de que es el mejor tenista de la actualidad.

Un Roger destruido

Muy pocas veces se lo vio tan desecho a Roger Federer como en la conferencia de prensa pos derrota. El suizo, correcto pero esta vez apesadumbrado, confesó que la de ayer fue la caída “más dura” de su carrera. “Es un desastre”, ahondó aún más.
Según dijo el quíntuple campeón de Wimbledon, perder en el césped británico no tiene comparación con ninguna derrota anterior, ni siquiera con la paliza que le propinó Nadal en la final del último Roland Garros (6-1, 6-3 y 6-0). “No hay comparación. Aquí es el desastre”, confesó.
“No siento nada. Estoy decepcionado, roto, es todo”.  “El partido se acabó. Hay que dejar un poco de tiempo y luego ver”, añadió el suizo, que no saca ninguna experiencia positiva del choque. “No he aprendido nada de este partido. Quizá él sí, a jugar más agresivo, pero yo no”. 
En cualquier caso, Federer dejó en claro que Nadal fue un “merecido campeón” porque “jugó sencillamente extraordinario” y remarcó que sus próximos objetivos serán ganar “los Juegos Olímpicos y el US Open. Luego veremos”, terminó.

El sueño de “Rafa”

Después 4 horas y 48 minutos de batalla, Rafael Nadal se dejó caer en el mítico césped británico, corrió, se saludó con Federer, lloró como un chiquillo, saludó al príncipe Felipe y a la princesa Letizia y dejó más que claro que no tenía palabras para explicar lo que le estaba sucediendo.
“Es imposible explicar lo que siento en este momento”, admitió el mallorquín sobre la pista central del All England Club. “Sólo puedo decir que estoy muy, muy feliz por ganar este título, en mi torneo favorito. Es un sueño jugar en esta pista”, añadió.
Federer lo sufre como su “Bestia negra” y de eso ya no quedan dudas.Todo lo magnífico que se muestra el suizo ante sus oponentes se diluye a la hora de enfrentar a Rafa. Así y todo, el español cree que el ibérico es el mejor de todos.
“Es una pena para mí estar en la misma época que el mejor jugador de la historia, Roger Federer. Siempre es muy difícil jugar contra él, especialmente aquí”, aseguró ayer. Luego le dedicó palabras de aliento: “Hay que felicitarle porque siempre lucha increíblemente. Su actitud es siempre excelente, aunque pierda. Él sigue siendo el número 1, el mejor”, aclaró Nadal.



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