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\"MEMBRILLERO DE FLOR\", PATRIARCA DEL JARDÍN

LOS VIVEROS LO SUELEN OFRECER CON EL NOMBRE DE "CIDONIA" Y NOS ACOMPAÑA DESDE EL "AÑO E'ÑAUPA".

Es tal vez el arbusto de flor que más tradición tiene en la región patagónica, porque su extraordinaria resistencia lo hizo sobrevivir a los duros años de creación de estos vergeles que hoy son los valles irrigados. Pero justamente de tanto verlo no le damos importancia, o al menos no recuerdo haberle hecho una "entrevista personal"... vamos a remediar esta injusticia.

UN ADELANTADO

 

Es no sólo sumamente rústico y resistente, sino que es uno de los primeros en florecer en la primavera y personalmente lo suelo usar como "cronómetro" estacionario, para deducir si tenemos adelantos o atrasos en la

llegada de la primavera. Por supuesto no es un reloj exacto, pero siempre es un buen indicio.

Justamente por ser de floración tan temprana se cometen numerosas atrocidades con él, a las que suele responder con mucha nobleza, porque si la mutilación no es exagerada, siempre da flores aunque sean pocas. Por ejemplo el año pasado, al final de ese invierno tan duro que hemos tenido, pude observar que en aquellas ubicaciones con cierta protección, donde las temperaturas no bajaron de los 8º bajo cero, floreció bastante bien, pero no así a pleno campo, en las chacras, donde los 15º bajo cero helaron sus pimpollos.

Como todos los arbustos de floración primaveral, forma sus botones florales a partir de los primeros fríos otoñales y siempre sobre las varas de más de un año. Si la poda es muy severa, como se suele hacer con los rosales, por ejemplo cuando se les elimina toda la estructura aérea, emitirá gran cantidad de varas nuevas ("chupones") que no florecerán hasta el próximo año.

RALEO DE RAMAS

Si se lo conduce como arbusto aislado o en grupos con fines netamente ornamentales, las podas se deben realizar una vez concluida la floración.

Por lo general, en estos casos se hacen necesarias sólo si la planta muestra muchas ramas viejas.

Cuando eso sucede realice un raleo de las más viejas bien desde la base, para que penetre la luz e incentive el nacimiento de nuevos vástagos que formarán nuevamente la estructura aérea de la planta. No elimine todas, sino hágalo por tercios cada año, ya que así lo mantendrá siempre joven.

Otra cosa distinta es si se lo usa como cerco formal, sólo o en compañía de otros arbustos como la forsitia, que tiene una floración un poco más tarde. Cuando se le da este uso en el jardín, no es tan importante la época de poda porque por lo general lo que se elimina es todo el crecimiento anual, que de todos modos no florecerá ese año.

Esos cercos de "membrillero de flor" pueden ser bajos, de 50 centímetros a 1 metro, o medianos, pudiendo alcanzar los 2 metros... pero no espere más, porque le costará bastantes años y paciencia.

También en este caso de uso como cerco y a pesar de que se lo suele podar dos o tres veces por temporada de crecimiento para mantenerlo en forma, tenga previsto un raleo de ramas viejas desde la base, para evitar que se vuelva demasiado leñoso o se pele de hojas.

 

RESISTENCIA

En cuanto a plagas y enfermedades reitero lo que ya dije: es sumamente rústico y de raíces que profundizan muy bien en suelos arenosos pero no tanto en los arcillosos o demasiado húmedos. Prefiere sitios a pleno sol, con suelos arenosos y profundos y riegos una vez por semana... eso es lo que lo ha hecho el preferido de los jardines de comienzos del siglo pasado.

La plaga que lo suele afectar es la cochinilla, la que se controla preventivamente con una aplicación de aceite emulsionable de invierno al 3% (300 centímetros cúbicos en 10 litros de agua) a fines de junio o mediados de julio, antes de que comience a abrir sus flores. Si el ataque fuera intenso, se puede repetir el tratamiento una vez concluida la floración, pero a una concentración del 2%.

Tenga mano con la fertilización. Recuerde que todos los árboles y arbustos ornamentales son de "comer poco".

No tome como modelo a nuestra fruticultura, que es de un manejo intensivo y con fines comerciales.

Una aplicación de lombricompuesto o compost incorporado al suelo con una leve carpida, suele ser suficiente. Trate de no lastimar sus raíces con carpidas o haciendo las tradicionales "tasas", porque le cae mal.

Los frutos que produce son comestibles, en forma jaleas o mermeladas. Se reproduce por estacas leñosas en invierno.

TEODORICO HILDEBRANDT

eljardin@rionegro.com.ar

www.plantasymascotas.net



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