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Murió \"el que no debía\"

El cambio climático favorece la emigración de osos polares de Groenlandia a la vecina Islandia. Tras sacrificar al primer "intruso" el gobierno prometió capturar vivos a los siguientes, pero no pudo ser.

Lo habían bautizado Ófeig ("el que no debía morir"), pero el nombre no lo ayudó.

Tiradores de la policía mataron al final al oso polar que había llegado a Islandia después de una travesía de kilómetros desde Groenlandia.

Hace dos semanas, otro oso había llegado al igual que Ófeig sobre un bloque de hielo a través del Atlántico y lo habían matado, lo que generó protestas de ecologistas y defensores de los animales, sobre todo debido al peligro de extinción que amenaza a la especie.

En Islandia no viven osos. El único animal salvaje terrestre que habita la isla, casi sin árboles pero en verano también sin nieve ni hielo, es el zorro polar. Sin embargo, el "intruso" no tuvo problemas en ubicar una reserva de pájaros y comer "gran cantidad de huevos crudos para luego desaparecer", dijeron guardafaunas que siguieron su rastro.

Ante las numerosas protestas, el gobierno islandés convocó esta vez a especialistas del zoológico de Copenhague para dormir a Ófeig y llevarlo de regreso a Groenlandia o bien como atracción al zoo danés.

 

ATAQUE DE PÁNICO

Pero el animal sufrió un ataque de pánico al verse perseguido por los especialistas del zoo y la policía, además de fotógrafos y periodistas. "Se lanzó a la carrera hacia el grupo de periodistas en dirección al mar. No tuvimos otra opción que dispararle", afirmó el jefe de veterinaria de Copenhague, Carsten Gröndahl.

El riesgo de que hubiera más ataques contra personas era demasiado grande.

Primero se dijo que era un macho viejo y débil, pero el análisis completo reveló que pesaba 147 kilos y medía 1,90 metros, además de ser hembra y todavía joven.

Debido a la travesía de 500 kilómetros por el mar desde Groenlandia, la osa había perdido peso y tenía una pata muy lastimada.

Gröndahl afirmó que, debido a su estado, de todos modos era difícil que sobreviviera a los sedantes.

Los zoólogos creen que ambos osos llegaron desde su hogar natural en Groenlandia arrastrados por las mareas en dirección este sobre un bloque de hielo y que nadaron el último trecho hasta las costas islandesas.

La fundición de los hielos fruto del calentamiento global habría facilitado su desplazamiento hasta el país nórdico.

La caza del primer oso generó fuertes protestas de ecologistas y protectores de los animales, porque la población de osos polares se ve muy amenazada por el cambio climático. Por eso, el multimillonario islandés Björgólfur Thor Björgólfsson se había declarado dispuesto a pagar por el transporte del animal de vuelta a su hábitat.

 

THOMAS BORCHERT

DPA



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