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Duhalde sopesa apoyos y espera

El ex presidente se sorprendió con el virulento ataque de D'Elía y prefirió adoptar un perfil bajo. Sin embargo, recorre el conurbano con una amplia agenda y junta "heridos". Cuestiona el estilo K pero, por ahora, no revela sus planes futuros.

Se sabe que habla mucho de política pero escucha más. Reuniones de grupos reducidos, gente de su más extrema confianza.

Y se sabe que cuando esos paliques tocan a retirada, él sentencia:

-Aquí no se habló nada.

Se sabe también que escribe mucho y lee más y que lamenta tener demorado el segundo tomo de sus "Memorias del incendio", el recuerdo de su paso por la Casa Rosada cuando la Argentina se evaporaba al ritmo de la crisis de diciembre del 2001.

Y se conoce que en su sólida y soleada casa de Lomas de Zamora tiene siempre varias docenas del primer volumen de esos recuerdos, que regala siempre con la misma dedicatoria a quienes lo visitan por primera vez, entre quienes suele haber no pocos corresponsales extranjeros: "Para (....), memorias de un tiempo de nuestra patria".

Así pasan muchas de las horas para el ex presidente Eduardo Duhalde, una de las figuras excluyentes en la oposición al kirchnerismo. El viernes habló públicamente. Dijo que el peronismo tuvo "más" responsabilidad que el agro en el golpe del '76 y recordó "el rol de la Triple A y de la guerrilla" en la desestabilización del gobierno de Isabel Perón.

Un rol que dosifica en función de un futuro protagonismo que no quiere definir por ahora. ¿Candidato a senador nacional en las parlamentarias del año próximo? ¿Dar batalla para las presidenciales del 2011?

-Solo él sabe qué hará -dicen en su entorno.

Con la cuota de cinismo que siempre es consustancial a la política, se afirma:

-Kirchner se encargó de meter a Eduardo más adentro de la política que lo que Eduardo quiere estar, al menos por ahora. Lo atacó y lo metió...

Cuentan entonces en la carpa duhaldista que el lunes, cuando Luis D'Elía acusó al ex mandatario de ser mentor intelectual de todas las perversidades acumuladas en el planeta a través de los siglos, su reacción fue tan suave que sin duda denunciaba sorpresa.

-¡Qué bárbaro, qué torpe! -dijo y por largo rato se sumió en un silencio pétreo abonado por el rechazo a responder la catarata de llamados que lo buscaban para brindarle apoyo.

Luego llamó a su asesor de prensa

Luis Verdi y emitió un comunicado. Directo. Escueto. Ajeno a transpirar enojo o indignación.

Esa noche Eduardo Duhalde se reunió con un grupo de amigos.

-¿Para qué me provocan? -preguntó y la respuesta que cosechó fue unánime:

-Los Kirchner quieren que te definas, que digas qué harás... si vas o no a ser candidato a algo. No soportan tu silencio... necesitan que digas algo, así ellos saben a qué atenerse.

-Por ahora no les daré el gusto. Mis tiempos los manejo yo -respondió el ex presidente y desvió la conversación.

En el marco de estas reflexiones con sus colaboradores, Duhalde siempre machaca a modo de advertencia:

-Lo que sí debe quedar claro es que yo jamás voy a romper con el peronismo; si voy a algún lado, voy en el peronismo, no por afuera.

Pero ¿por dónde marcha el pensamiento de Eduardo Duhalde en relación con la situación del país?

Veamos.

" Se sabe que está asombrado de cómo fagocita poder la administración Kirchner. Habla de "torpezas". Y siempre recuerda algo que le escuchó decir al brasileño Fernando Henrique Cardoso: "Cuando uno maneja un país cuya economía crece al 8% anual, los equívocos no duran más que un par de minutos".

" Duhalde está convencido, además, de que el kirchnerismo no tiene interés en jerarquizar la acción política. Lo percibe sólo concentrado en la acumulación de poder, un proceso -se lo ha escuchado decir- "que al olvidarse de sustentarlo en la política creativa, amplia, inexorablemente termina volviéndose en contra". Cuentan que cuando reflexiona sobre el tema ejemplifica con la crisis presente.

" Siempre en línea de reflexionar sobre la administración Kirchner, Duhalde cree que está imbuida de una idea de destino manifiesto que le impide percibir los elementos que lentamente van corporizando la debilidad de ese convencimiento. ¿Cuál es esa debilidad? Ejercer el poder en términos de orden, de decisión fuera

de discusión, siempre alentada por lo absoluto.

Lector de Juan Perón desde muy joven, Duhalde juzga que los "Kirchner gobiernan con miedo: mandan, no conducen. No asumen ningún otro compromiso que no sea con lo que ellos creen, pero lo que creen jamás procuran ni siquiera enriquecerlo con debate o consultas a planos ajenos al microclima en que viven".

" El ex presidente está convencido de que el gobierno logrará no sin dificultades y la consabida poda de poder superar la crisis que lo jaquea. "Pero tiene la inflación y la gente inquieta por la inflación, gente que además le perdió el miedo", suele señalar el ex vicepresidente de Carlos Menem.

Pero ¿cuánto poder político tiene hoy Eduardo Duhalde?

Veamos.

-Tiene más agenda que votos -dicen en el kirchnerismo hombres que lo conocen desde la militancia juvenil.

Si de agenda se trata, el ex mandatario la mantiene muy actualizada. No ha dejado, por caso, que se desarticulen las buenas relaciones que estructuró en el campo internacional durante su azotado mandato. Un caso: Lula, presidente de Brasil. Otro caso: la Embajada de Estados Unidos.

Pero ¿cuánto respaldo directo proveniente del interior del peronismo está en condiciones de lucir?

" No mucho si se toma como referencia a los distritos electorales en los cuales él campeó fuerte durante años: el conurbano bonaerense. En ese inmenso bolsón de casi 10 millones de habitantes por el momento sólo puede lucir a modo de respaldo segundas y terceras líneas de la dirigencia del PJ. Es más, según sus colaboradores, Duhalde ha reflexionado intensamente sobre las negativas gravitaciones que, para la democracia, tiene toda esa estructura. "Impera ahí una textura de intereses cruzados tan corporativos y condicionantes para el poder político que terminan sometiéndolo y conspirando contra la vida institucional del país", comenta uno de los colaboradores del ex mandatario.

" Mantiene sí el ex mandatario una sólida ligazón con una trama amplia de entidades de segundo grado y fuerzas sociales a lo largo y ancho del Gran Buenos Aires. Vínculo que se extiende y se mantiene muy firme con distintos niveles de la Iglesia Católica de toda esa inmensa área.

-Pero de ahí a que esto signifique poder electoral hay un trecho, un trecho muy largo -dicen los kirchneristas.

Un espacio de poder donde no se duda en cuanto a que en su momento Duhalde comenzará a recorrer el país para recoger los heridos que ya comenzó a desparramar el kirchnerismo. ¿Juan Manuel de la Sota? ¿Carlos Reutemann?

-Más del primero que del segundo -dicen en la carpa duhaldista.

Y acotan:

-Eduardo, mientras tanto, tiene que hablar poco, muy poco... tiene que hacerlo en registro con Arturo Frondizi... ¿recuerda? Frondizi hablaba de tanto en tanto, pero cuando lo hacía siempre había un antes y un después en la política.

 

 

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com



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