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¿Todo vale?

El acuerdo estratégico firmado entre Neuquén y la Nación tiene sus costados oscuros.

¿Cuáles son los límites de la política?

El gobierno neuquino demostró en los últimos meses que no encuentra ningún tipo de problema en sentarse a negociar con quien maneja impunemente la caja del poder, independientemente de lo que conlleva la palabra "negociar" dentro del vocabulario del gobierno nacional.

Con el argumento de la asfixia presupuestaria, Jorge Sapag decidió tirarse a los brazos de la administración K en busca de los fondos que necesita para sostener la fiesta del gasto público que inició hace seis meses. Sólo en salarios, este año se prevé un incremento de las erogaciones presupuestarias por más de 500 millones anuales.

Pero esta sociedad conformada con la Nación tiene sus costos. Entre ellos, se pueden computar:

" Acompañar la gestión del titular del sindicato de camioneros, Hugo Moyano, una organización que hoy está en la mira de la Justicia por el asesinato político que roza a sus máximas autoridades. Es éste un gremio que actúa, por lo general, bajo continua presión para lograr sus objetivos económicos y, en muchos casos, respaldado por sectores de una Justicia que poco tiene de independiente.

" Convalidar la estatal Enarsa como socia estratégica de la provincia del Neuquén, teniendo en cuenta que el titular de este organismo nacional, Exequiel Espinoza -hombre del riñón de Néstor Kirchner-, estaría siendo investigado judicialmente en la causa del maletín con los 800.000 dólares que habrían ingresado en el país en forma ilegal para sostener la campaña de CFK. Expedientes judiciales habrían confirmado que Enarsa fue la que contrató ése y otros aviones para vuelos directos entre Caracas y Buenos Aires con funcionarios de ambos países que iban y venían con maletines que pasaban presumiblemente sin ningún tipo de control por la Aduana.

" Acordar con el gobierno central una alianza política que va más allá de la construcción de viviendas, caminos u hospitales.

No hay dudas de que el acuerdo firmado entre Sapag y CFK hace semanas no apuntó sólo a la mera ayuda solidaria del poder central a una provincia con problemas financieros. Logró que Neuquén ingresara en el perverso y corrupto modelo de hacer política en la Argentina de hoy: la entrega discrecional de fondos para alinear gobernadores.

Desde las filas del sapagismo la conducta adoptada por la provincia es calificada de pragmática, en un modo de terminar así por aceptar la corrupción como una fatalidad inevitable para sostener el bienestar de la sociedad neuquina.

Pareciera que en la Argentina lo único que importa es avanzar. Como sea pero avanzar. Lograr los objetivos económicos sin debatir los medios tendientes a ello. Y parte de la sociedad termina siendo cómplice de esta propuesta. Hay cierto conformismo (producto del bienestar prometido) y cierta falta de honestidad que no ayudan a consolidar un sano y equilibrado crecimiento.Y esta complicidad también debe definirse como corrupción. (J. L.)



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