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Zgaib: \"Conocer las necesidades para elegir un modelo\"

Alfredo Zgaib fue crudo y directo en su descripción de la situación de la obra social. "La visión insatisfactoria del Ipross es lógica en el actual panorama: mecanismos de control poco eficientes con decisiones pensadas para el corto plazo", comenzó diciendo mientras los funcionarios presentes se acomodaban en sus sillas no sin cierta incomodidad.

"Tal vez no compartan, pero el Ipross ha estado guiado más por las restricciones financieras que por los objetivos que debería tener, aunque eso no significa desconocer las limitaciones presupuestarias", manifestó.

Repitió -en consonancia con María Insaurralde, quien disertó hace pocas semanas en la primera jornada sobre este tema- que "la demanda de servicios sanitarios supone imperfecciones, los prestadores no financian el servicio que prestan -aun cuando hay deudas forzosas por falta de pago del Estado-, los afiliados no pagan directamente sino un porcentaje reducido del servicio que reciben y además encuentran restricciones en la libre elección de prestadores y sus requerimientos surgen de necesidades urgentes. Finalmente, quienes financian no prestan el servicio. Y para colmo el éxito no depende de la calidad ni de la prestación".

El consultor destacó que existen choques entre las demandas y las necesidades. "Con cierta frecuencia la demanda tiene baja relación con el mejoramiento efectivo de su salud y hay una contradicción entre demandas ilimitadas y presupuestos restringidos", afirmó. Zgaib planteó alternativas para encarar esos conflictos. "Se puede privilegiar la demanda o el presupuesto", aunque agregó que hay posturas intermedias: "Existen caminos alternativos, como privilegiar las necesidades como vía para definir los objetivos de la obra social y hacer un diagnóstico de la población real atendida por la obra social y conocer las necesidades para luego destinar recursos y redefinir metas y objetivos. En forma paralela deberían generarse sistemas de auditorías compatibles con esos objetivos".

Sobre el final, volvió sobre la cruda realidad. Habló acerca de la situación financiera y planteó sus dudas sin vueltas: "Hay ciertos elementos de juicio que surgen de los balances que plantean dudas sobre la razonabilidad de los datos. Existen errores técnicos evidentes que denotan al menos impericia en los balances, errores altamente probables cuya corrección permitiría desnudar la pobre situación económica del instituto y la falta de información", disparó. "Lo que sí reflejan los balances es que -si bien los recursos se duplicaron entre el 2003 y el 2006- los gastos totales siempre fueron superiores y crecieron a un ritmo mayor. El instituto produce déficits, algunos muy significativos, por alrededor de 20 millones de pesos todos los años", indicó.

Por último, Zgaib afirmó que "hay errores para medir activos, como por ejemplo la presencia de un conjunto de cuentas a cobrar por unos 40 millones de pesos en créditos que aparecen incobrables; si desaparecieran, las deudas reales se triplicarían". Concluyó afirmando que es "difícil resolver el futuro de una obra social sin un sistema institucional que ponga énfasis en las necesidades".



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