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Campo, turismo y forestación

Al adquirir la nueva propiedad, los habitantes de Paso Flores apostaron a la diversificación para procurarse solvencia económica. Explica Klaus Dihlmann que actualmente la estancia se asienta sobre tres pilares: el campo, el turismo y la forestación. En los años en que se construyó la represa, la comunidad también participó en actividades industriales.

"En cuanto al campo, concentramos la producción en alfalfa (hoy consumen el 40% de lo que siembran y venden el resto), hicimos huerta para el consumo propio y seguimos con el ganado ovino. En la década del '80 esta actividad fue crítica por el bajo precio de la lana. Estábamos muy preocupados porque la crisis coincidió con la transición, cuando teníamos que salir del Viejo Paso Flores y comenzar acá. Nos vimos obligados a pensar en una nueva actividad que nos ayudara a salir adelante. Con la llegada de la gente de la represa Alicura, Paso Flores comenzó a funcionar como una empresa de servicios. Empezamos a ofrecer comidas".

Hacían la vianda a los pobladores de la villa y los fines de semana servían el té con tortas alemanas en el casco de la estancia. En ese tiempo la comunidad inició otra etapa y empezó a incursionar en la actividad turística. Primero sirvieron el té y luego, como los visitantes pedían pasar el fin de semana en la estancia, hicieron las primeras habitaciones de la hostería.

Ya liberados del aislamiento de los primeros años y aprovechando las oportunidades que ofrecía la obra, sus actividades se multiplicaron inesperadamente. "Todo comenzó cuando llegaron los pioneros de las empresas de perforación. Vinieron a estudiar el suelo previamente a la construcción de la represa. Fue por 1980. Hacíamos muchas cosas para ellos, creamos toda una industria". Recuerda que fabricaron unos enormes cajones en los que guardaban el material calcáreo a ser estudiado. Esto representó un cambio prácticamente revolucionario para el grupo. "Al tener huéspedes, adquirimos un grupo electrógeno (que hoy funciona a gas natural). Si bien progresamos, sería muy bueno que en Río Negro avanzara la electrificación rural -sueña Klaus-; todavía tenemos que trabajar con grupo electrógeno y eso nos limita. La hostería actualmente tiene capacidad para 45 personas pero con esa limitación se hace difícil crecer. Por ahora estamos apuntando al turismo internacional; ya tenemos contratos con pescadores de Colombia y dos oficinas turísticas en Alemania nos ofrecen".

La primera actividad económica que emprendieron estos alemanes al llegar a la Patagonia fue la ganadería ovina. "Tenemos 13.000 hectáreas únicamente aprovechables con ovejas. Se trata de una estancia mediana y tenemos lana de calidad intermedia. Acá en la Patagonia se estila que vengan los compradores, tomen pruebas de la lana y hagan una oferta; al que hace la mejor oferta se le vende, ésa es la costumbre. Actualmente nuestra economía no se sustenta únicamente en la ganadería sino que se apoya en dos patas más: los servicios turísticos y, desde hace unos 20 años, forestaciones para terceros. Compramos pinos en San Martín de los Andes y plantamos en campos y estancias de la zona. La forestación es muy dependiente de las condiciones climáticas. No se pueden plantar árboles si no ha caído lluvia".

El sistema económico actual difiere del antiguo y evidencia en ello una estructura comunitaria diferente. Si bien la base religiosa sigue en pie, la nueva relación económica entre los miembros es un claro indicio de las diferencias entre lo que una vez fue la comunidad original del "Viejo Paso Flores" y la comunidad actual de familias, que conforman el "Manantial de Paso Flores" de los nuevos tiempos. "Hace 15 años, entre nosotros nadie percibía un sueldo. Todo lo que se producía iba a una caja común. Luego se estableció un sueldo calculado en base a los gastos de cada uno -porque la casa y la comida las pagaba la empresa, que en ese momento era Colonia Paso Flores-. Con el tiempo pagamos un sueldo y procuramos tener todo en orden para poder percibir una jubilación en el futuro. Hoy somos una empresa, 'Paso Flores SA'; vivimos aquí cerca de 50 personas y somos accionistas de nuestra sociedad".

(S. Y.)



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