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“No creo que cambie”

Para el analista político Rosendo Fraga, el ex presidente Néstor Kirchner, en tanto expresión excluyente en el sistema de decisión del gobierno, “difícilmente cambie, a la luz de la crisis que jaquea al país, su estilo de ejercer el poder”.

Sostuvo:

–Los políticos pueden mudar de ideología, de mucho de los contenidos de su pensamiento, pero difícilmente cambian modos, estilos de ejercer el poder, una cuestión que siempre responde a percepciones personales muy íntimas y que hacen a la formación. No, no me parece que de cara a la crisis que le estalló al gobierno Kirchner modifique su forma de percibir el poder y ejercerlo.

–¿Kirchner es un poder excluyente en el kirchnerismo-gobierno?

–Excluyente. Poder real ejercido cada vez a un costo más alto para su esposa, la presidenta.

Usted ha señalado que ésta es la primera vez en su carrera política que Kirchner enfrenta problemas.

–En 20 años de gobierno en Santa Cruz como intendente y como gobernador, siempre decidió en un marco  generoso de recursos fiscales, pero ahora, como corolario de los descuidos con que se han manejado los recursos nacionales, especialmente en el gasto público, el gobierno que él prohijó está desafiado por tener que adoptar decisiones restrictivas desde lo financiero; debe razonar ya no en la abundancia sino de cara al peligro de que de mantener alto el gasto público inexorablemente alentará la inflación. Y ya sabemos cómo reacciona la sociedad argentina cuando la inflación se instala firme.

–¿Lima el poder político?

–Exactamente. Historia conocida.

–Pero tampoco parece posible una crisis como la del ’89 o la del 2001, que liquidaron la gobernabilidad...

–Por supuesto que no es posible este escenario. Éste es un gobierno con poder y con posibilidades de reacción correcta frente a la situación. Pero no es menos cierto que tiene que actuar sí o sí para evitar instancias poco aconsejables.

–¿Sigue sorprendido por la dialéctica que asumió la actual crisis?

–Sí... es la crisis más gratuita de la historia argentina. El gobierno tenía todos los elementos para no llegar a esta situación: acumulación de reservas, exportaciones, recaudación, poder político, carencia de oposición política, gobernabilidad, opinable en cuanto su calidad pero gobernabilidad. Sin embargo se cerró, sólo miró el metro cuadrado inmediato, se negó a aceptar las señales que le dictaba la realidad y ahora está carcomido de poder y en un atolladero ¡insólito!

–¿Qué no sabe hacer el gobierno a la hora de la política?

–Ignora que la toma de decisión correcta en política requiere de algo más que pensar sólo en uno; requiere visiones amplias, abarcativas... en fin, requiere política. (ABA)

 



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