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Vinos: la inflación amenaza la renta

El costo de cosecha creció un 30% respecto del 2007. Ya comenzó a resentirse el caudal de inversiones.

En materia vitivinícola, la Argentina cerró en el 2007 una temporada brillante. Sólo en exportaciones de vinos alcanzó un volumen de ventas de 482 millones de dólares, un 27% por encima de los despachos del año anterior. De esta manera, el país logró un nuevo record de colocaciones externas, aunque al mismo tiempo comenzaron a asomar algunos nubarrones en el futuro desarrollo del sector, entre ellos, el avance de la inflación y su fuerte incidencia en la estructura de costos de producción vinícola.

El inicio de una nueva temporada de cosecha confirmó los temores. En un reciente informe presentado en Mendoza se indicó que los costos de producción de uva para vinificar se incrementaron en

más de un 30% este año. En esta variación tuvieron fuerte incidencia dos rubros clave: salarios y agroquímicos. El primero de ellos, fijado de acuerdo con el precio del tacho de uvas, ubicó el costo de cosecha de una hectárea entre los 8.000 y los 11.000 pesos, cuando el año anterior había oscilado entre los 4.500 y los 9.000.

Sostiene el informe que al comparar los costos de abril de este año con los del 2007 se observa un incremento del

25 al 30% en mano de obra según el tipo de uva cosechada. Del mismo modo, se aprecia un incremento de costos del 29 al 40% en el rubro agroquímicos, según la intensidad de uso de los mismos. Este escenario de costos básicos en aumento y precios de venta de vinos que no crecieron en igual proporción permite afirmar que la rentabilidad del sector se ha visto seriamente afectada en el inicio de esta temporada.

En la recién finalizada edición 2008 de Sitevi Mercosur, el ingeniero agrónomo Pedro Machevsky indicó a "Río Negro Rural" que el precio de algunos fertilizantes subió hasta un 300% este año; por ejemplo, un fosforado que antes costaba 300 dólares hoy vale 1.000 y un bidón de Round Up que costaba 200 pesos hoy cotiza a 1.000, quintuplicando su valor.

Hay otros insumos con costos altísimos, continuó el ingeniero, como levaduras y productos químicos usados en la elaboración, debido a que están dolarizados o cotizan a precio euro. Además, la mano de obra está más cara, un 350% por encima de lo que costaba en la época de la convertibilidad. En ese tiempo, argumentó el profesional, un jornal costaba 12,30 pesos; actualmente supera los 48.

Este fuerte incremento de costos internos, con un tipo de cambio que prácticamente no ha sufrido variaciones en el último tiempo, afecta la ecuación precio-calidad y por consiguiente, la rentabilidad empresaria. Las menores ganancias que se logran inciden directamente en las inversiones que se realizan en la industria o a nivel productor, una situación que ya está comenzando a materializarse salvo casos aislados.

 

LA COSECHA DEL 2008

Para el ingeniero Federico Casassa, del Centro de Estudios de Enología del INTA Mendoza, el ciclo productivo 2007/2008 transcurrió en un contexto climático complejo.

A excepción de algunas zonas del Valle de Uco y el sur provincial de Mendoza, así como en el Alto Valle de Río Negro, donde se registraron heladas tardías que afectaron la tasa de cuaje, la vendimia pasada comenzó muy bien tanto en términos climáticos como productivos.

La cosecha 2008 para las provincias de Mendoza y San Juan se estima en 4 a 5 millones de quintales menos que los 31 millones previstos.

La calidad de los vinos finos se avizora como muy buena a excelente en algunos casos, especialmente en Malbec.

Se registraron focos de botrytis en uvas blancas como el Sauvignon Blanc que provocaron problemas de comercialización que, a su vez, hicieron que bajara el precio general de la misma en el Valle de Uco. En Chardonnay sólo se reportaron algunos focos aislados en el este y en el Valle de Uco. Otra variedad en la que se vio botrytis este año fue la de Syrah de Lavalle, en zonas en que afectó el granizo. No hubo quejas en relación con la sanidad de los cabernets.

El 2008 ha mostrado una cinética de madurez mucho más lenta que otros años en zonas edafoclimáticas muy distintas, lo que ha derivado en una muy buena acidez, un factor de añejamiento fundamental para vinos de alta gama.

 

CARLOS CEBALLOS GUZMÁN

Especial para "Río Negro"



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