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"¡Gracias, Tami, por tus caprichos!"

En marzo del 2004, mi hija tuvo que soportar una situación más que humillante. Tamara nació con muchos problemas de salud pero (y quizá por eso) siempre fue una luchadora. Quienes la conocen verdaderamente lo saben. Lo saben sus maestras y maestros de la Escuela 135, lo saben los médicos que la han tratado, lo sabemos sus familiares.

Finalizada la primaria, pese a los dolores y a los diagnósticos médicos, ella quería seguir soñando y construyendo su futuro. Decidió anotarse en el CEM 72 de Cinco Saltos (adonde también iba su hermana María Rosa).

Ese día (tengo acta) la supervisora Adriana Palacios, la directora Miriam Radonich y lo que es más grave el ETAP (a los que se supone le pagan por sus "conocimientos"), luego de mucho insistir Tamara, "le dieron la oportunidad de probar", dejándonos en claro que su lugar era la Escuela Especial con Capacitación Laboral Nº 3.

Le permitirían probar unos días porque mi hija estaba "encaprichada". Los pocos días en los que fue al CEM 72 fueron terribles. Era claro: no la querían ahí, las "especialistas" ya habían decidido que ella no podría estudiar en el secundario.

Hoy les digo, señoras especialistas, directora y supervisora: mi hija Jéssica Tamara Muñoz se recibió de bachiller en Turismo en el CEM Nº 122 de Cordero, escuela a donde ingresó en el 2005 y en la que jamás tuvo un problema.

¡Gracias, Tami, por tus caprichos! ¡Felicitaciones, hija querida, por no bajar nunca los brazos! Ni siquiera cuando te trataron como tonta, deficiente o caprichosa, cuando confundieron una enfermedad grave con incapacidad de estudiar, cuando te quisieron quitar el derecho a soñar y crecer.

Esto lo escribo desde mi corazón, para que las autoridades de Educación lo sepan y nunca más otra chica o chico tenga que pasar el trato espantoso y cruel que soportó mi hija.

Ismelda Muñoz

DNI 92.472.953

Clte. Cordero



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