Carta abierta al grupo scout Nuestra Señora de Lourdes

Llegó el 16 de enero, se fueron de campamento anual y yo me quedé esperando una contestación del jefe del grupo, de mis dirigentes y de mi rama en sí... de toda la comunidad scout.

El 2 de enero se recaudaba el dinero del campamento y se entregaba la ficha de revisación médica. Concurrí para abonar el campamento y en ese momento me informaron, a mí primero y luego a mis padres, que no podía ir.

El motivo expuesto por dirigentes de catequesis scout y uno de la rama caminantes fue que no tenían dirigente para acompañarme y en la rama rever nadie se podía hacer responsable.

Hace cuatro años que concurro al grupo y el año pasado recibí la promesa; participé de algunos campamentos y no de otros por la situación antes expuesta y siempre me causó mucha desilusión no poder participar.

Mis padres y mis hermanos siempre me dijeron que el movimiento scout me iba a preparar para la vida ayudándome a desempeñarme fuera del ámbito familiar.

Me duele mucho no haber podido acampar este año; considero que es el premio a todo un año de servicio y trabajo.

Si mis limitaciones son un claro motivo para no concurrir, lo siento aún más, cuando desde el principio sabían de mi situación. Esperé con mucha ansiedad integrarme al grupo, esperé su solidaridad, su comprensión y la hermandad que nos une como cristianos.

El gran jefe sabe que merezco un campamento y en el fogón de corazones abiertos buscará un camino mejor para mí, sin diferencias ni discriminación.

Agradezco todo lo aprendido; me servirá de mucho. De las dificultades también me queda un aprendizaje, el saber valorar la sinceridad y la transparencia, conductas muy simples que aprendí.

Gracias, de todos modos.

Giorgina Natalia Dodero

Rover ayudante

DNI 28.063.307

Neuquén