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"Años de romance"

El 28 de junio de 1980 comenzó una gran historia entre una hermosa señora, seductora, con una belleza y secretos que desconciertan a cualquier hombre.

Sus ondulantes figuras, de coloridos vestidos y de una temperatura viva, rozagante, que invita a soñar.

Me cautivó al conocerla, caliente, soñadora, con postales vivas multicolores, fantástica, muy femenina, rodeada de aguas profundas surcadas por grandes, robustos y poderosos barcos.

La fragata Libertad surca ese río cada año, llevando consigo voluntades jóvenes, repletas de ilusiones, con sueños y grandes proyectos.

¡Ésa es la señora!, mi amada Formosa. Así comenzó nuestra relación, de un hombre del sur, joven con tan sólo 26. Fue una vida larga, entrañable y amorosa, de inmensa y placentera vivencia, entre un neuquino y esa norteña seductora y acogedora ciudad de Formosa.

Sus calles modernas y veredas anchas, tapizadas de árboles con frondosos follajes, de flores de intensos colores, regando con sombras frescuras, aliviando al turista el inmenso calor.

Su gente amable, cariñosa, sincera se entrega a resolver con respuestas correctas al viajero, ¡perplejo de tanta belleza!, sus interrogantes y dudas

Mis años transcurrieron en Patiño y España, delegación de la Policía Federal Argentina, orgulloso de pertenecer a esa institución nacional.

Su río Paraguay con una postal de Alberdi, ciudad comercial, en franco crecimiento, invita a cruzar sus aguas preñadas de peces de todos tamaños: surubíes, palometas, bagres, etcétera. Ya en Alberdi los ojos del turista se abren perplejos por precios y ofertas tentando a comprar.

Sus voces cantadas son muy singulares, señalando el arraigo de los formoseños a su tierra caliente, colmada de cantos al amanecer, por los pájaros tempraneros señalando el nuevo día: ¡hay que trabajar!

¡Cuántos atardeceres en la costa de ese Paraguay! Vi caer la tarde en la penumbra, dibujando pinturas de Dalí, Miguel Ángel, Frida y otros artistas, chapotear los peces en el horizonte de aguas plateadas por la luna llena.

¡Cuántos recuerdos de mi juventud! Surcan por mi mente aquellos días todavía presentes por la eternidad.

No puedo disimular, tengo que ser sincero: parte de mi vida quedó en esa tierra caliente, amorosa, sincera, acogedora, muy bella. Ésa es la mujer que me cautivó y enamoró. Nació un romance un día de invierno; sigue en el tiempo, a la distancia, hoy en el 2010 desde Neuquén por siempre en la eternidad.

Dos de mis cuatro hijos nacieron en esa ciudad. Ésa es una de las razones de ese romance que perdurará por generaciones incondicional.

Miguel Ángel Henríquez

DNI 10.868.858

Neuquén



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