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La vieja guardia liderada por Raśl se prepara para el \"retiro ordenado\"
Dos meses después de haber tomado el poder de manera definitiva, el presidente convocó a un Congreso del Partido Comunista –un movimiento que fortalecerá la organización– y reabrió expectativas sobre el futuro de la isla.

El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que se realizará en el 2009, coloca a esa agrupación ante el reto de darle continuidad a la Revolución, hasta ahora liderada por Fidel Castro, y definir el modelo socialista cubano. Raúl convocó el lunes pasado, al término de una reunión plenaria, al Congreso para el segundo semestre del 2009, una "magnífica oportunidad para meditar colectivamente" y "conformar con proyección de futuro la política del partido en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad" para el período 2009-14.

El hermano de Fidel reafirmó como "principal meta" del trabajo del PCC y su Congreso "seguir mejorando nuestro aún imperfecto pero justo sistema social", un socialismo al cual dirigentes del propio PCC ponen ya apellidos como "nuestro" y "cubano". Es la primera reunión plenaria desde la crisis de salud de Fidel Castro en julio del 2006 y la sexta desde el V Congreso, en 1997. El PCC -"la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado", según la Constitución cubana-, en un segundo plano durante años por el abarcador liderazgo de Fidel, ahora fue llamado por Raúl a "asegurar la continuidad de la Revolución cuando ya no estén sus dirigentes históricos", en el marco de un proceso de reforzar la "institucionalidad".

El Congreso debería elegir un nuevo Comité Central y a sus secretarios primero y segundo, cargos que ocupan Fidel y Raúl desde su fundación en 1965.

La reunión decidirá si Fidel, alejado del gobierno por su enfermedad, se mantendrá o no al frente del PCC, como en la actualidad. Observadores políticos opinan que el Congreso puede ser el último de la generación histórica,

por encima de los 75 años, que difícilmente esté con vida o buena salud para ser dirigente en el 2014, cuando debe concluir el programa que trace la reunión.

Pero el regreso de Ramiro Valdés -un emblemático comandante de 75 años- al Buró Político, del que había sido alejado en 1992, y la formación de la Comisión del Buró Político, una especie de Estado Mayor de contingencia de los siete principales miembros -que promedian los 70 años- no hace presumir que la generación fundacional tenga planes de salir del juego político.

Teniendo en cuenta las experiencias de los congresos precedentes, la comisión organizadora debe anunciar públicamente las tesis principales, que son sometidas a debate en centros laborales y estudiantiles, por lo que los principales asuntos a tratar serán públicos con antelación. Pero no se trata sólo de un problema interno: Raúl llamó a tener en cuenta una posible prolongación de "la extrema derecha" en Estados Unidos, las crisis internacionales del petróleo y los alimentos, problemas medioambientales y otros que afectan a la isla.

El I Congreso (1975) estuvo marcado por la institucionalización: ls aprobación de la Constitución y la forma de gobierno, denominada Poder Popular; el segundo (1980) confirmó una línea prosoviética en la economía y la política y el tercero (1986) estuvo marcado un "proceso de rectificación" y distanciamiento de Moscú. El cuarto, tras la disolución soviética, aprobó la apertura religiosa y llamó a la unidad de los cubanos y el quinto (1997) confirmó validez de las reformas y llamó a la resistencia frente a Estados Unidos.

 

El núcleo duro del poder promedia los 70 años

Tras sustituir a su hermano en el poder, el presidente cubano Raúl Castro creó su propio Estado mayor: seis hombres del Buró Político del Partido Comunista (PCC) que con él controlan la política, la economía y los institutos armados de Cuba.

Forman la nueva Comisión del Buró Político para "hacer más operativo y funcional el proceso de toma de decisiones" -según el anuncio oficial- y sus integrantes ocupan la presidencia y las seis vicepresidencias del Consejo de Estado (gobierno). Esos hombres, entre los cuales está Raúl pero no Fidel, promedian los 70 años. Fidel, quien sigue siendo primer secretario del PCC y miembro del Buró Político -de 24 integrantes-, declinó ser reelegido presidente del Consejo de Estado en febrero por limitaciones de salud y no se descarta que haga lo mismo respecto de su cargo partidario antes del Congreso, al que llegaría con 83 años.

Dando por descontado el liderazgo histórico de Fidel Castro, los siete hombres fuertes de Cuba son Raúl Castro Ruz, 76 años, presidente y segundo secretario del PCC; José Machado Ventura, 77 años, vicepresidente y organizador del PCC; Juan Almeida, 80 años, comandante de la Revolución; general Abelardo Colomé, 68 años, ministro del Interior; Carlos Lage, 56 años, a cargo de la economía; Esteban Lazo, 63 años, ideólogo del PCC y Julio Casas, 72 años, ministro de Fuerzas Armadas. De los siete hombres cinco son de la generación histórica que hizo la Revolución con Fidel; los dos más jóvenes, Lage y Lazo, son segunda generación. Tres son militares, incluyendo a Raúl, cuya influencia sobre los institutos armados es considerable. No hay ninguna mujer y dos de los siete son negros.

 

 

CARLOS BATISTA

AFP



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