LONDRES (AFP) - El chef español Ferrán Adriá, cuyo restaurante El Bulli, en Cataluña, fue elegido como el mejor del planeta por tercer año consecutivo, opina que el futuro de la gastronomía está en Latinoamérica, aunque a la región le falta aún hacer su revolución de los fogones. "El futuro de la gastronomía está en América Latina", aseguró Adriá a la AFP, tras la ceremonia de premios de la revista británica Restaurant, que el chef español compara con "los Oscar de la gastronomía". Sin embargo, en la lista de las 50 mejores mesas del planeta anunciada esta semana en un teatro de Covent Garden, la región sólo está representada por el restaurante D.O.M., de Sao Paulo, del chef Alex Atala, que se ubicó en el puesto número 40. "Pero la gastronomía no es sólo la parte lúdica, de elite, sino también los productos, la cultura, la manera de ver la vida, las emociones que crea la cocina", explicó Adriá, que ha sido considerado por la crítica como el "Dalí de la cocina española" y al que sus colegas consideran "un genio". Ferrán, cuya cocina tiene mucho de creatividad pero también de investigación, contó que tiene previsto viajar a Sudamérica en búsqueda de nuevos sabores y olores que podría luego incorporar al menú de El Bulli, cerca de Rosas (Gerona), en el que ha descollado las ostras con aire de zanahoria y el falso caviar de melón, entre muchas otras creaciones. "Este año voy a ir al Amazonas, estoy muy ilusionado", dijo Adriá, que señaló su interés por descubrir más los productos de la región. Recalcando que en la "cocina, como en el arte, se debe crear, no copiar", Adriá vaticinó que América Latina va a situarse próximamente en la vanguardia de la gastronomía mundial. A su lado, el presidente de la Academia Española de Gastronomía, Rafael Ansón, matizó un tanto la euforia del chef español, advirtiendo que América Latina aún tiene mucho trabajo por hacer. "Latinoamérica aún tiene que hacer la revolución de los fogones", dijo a la AFP Ansón, quien es miembro del jurado compuesto por unos 700 especialistas internacionales que eligió a El Bulli como la mejor mesa del planeta. Señaló que en España los cocineros se liberaron de la obligación de copiar la cocina tradicional, regional. "Antes tenían que hacer la cocina popular o seguir las reglas de la cocina francesa", recordó. "En España, quien revolucionó todo eso - recalcó - fue Juan Mari Arzak", cuyo restaurante Arzak se ubicó entre los primeros de la clasificación de la revista británica, considerada la "biblia" de la gastronomía mundial. Ahora le toca a los chefs de América Latina liberarse de las cocinas tradicionales, populares, que obligan a comer asados en Argentina y feijoada en Brasil, notó. "Como sucedió en España, ha llegado el momento de sublevarse, de no sentir obligación de hacer la cocina del país ni de repetir los platos de antes. Hay que empezar a crear", dijo. Opinó que por ahora, los cocineros latinoamericanos son artesanos. "Para ser artistas, deben liberarse, explorar, investigar ser más creativos. Deben hacer la revolución de los fogones", advirtió. El chef inglés Heston Blumenthal - cuyo "The Fat Duck", situado en Bray, Berkshire, al oeste de Londres, conquistó el segundo lugar en la clasificación, seguido del restaurante Pierre Gagnaire, del chef parisino del mismo nombre - concuerda que los chefs "deben liberarse para convertirse en artistas". "El camino de la creatividad en la cocina pasa por la búsqueda de emociones a través del paladar", dijo a la AFP el chef inglés.
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