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"Mataron a mi hijo... me mataron a mí" | ||
El 5/8/09 mi hijo Alejandro Peri y yo trabajamos como todos los días. Cuando salimos, después de una jornada larga y agotadora, él pasó a saludar a unos amigos que trabajan en un ciber. Recuerdo que le dije "Nos vemos en casa, hijo; voy a buscar a tu hermana a inglés" y nos despedimos. Si hubiese sabido que ésa iba a ser la última vez que lo iba a ver con vida no lo hubiera dejado solo. Al llegar al local él y los chicos decidieron ir a jugar un partido de fútbol a la Dolce Vita, ya que había dejado de concurrir al gimnasio. Aunque estaba algo cansado, acordaron un horario de encuentro. Fue a casa a buscar la indumentaria, invitó a un amigo para que lo acompañara y salieron a la cancha con todo el derecho del mundo de pasar un grato momento con sus compañeros. Tras salir de casa sólo habían hecho una cuadra y media cuando se cruzaron con dos motochorros, dos personas que tienen desprecio por la vida humana -uno de ellos menor de edad- que venían cometiendo atracos a diestra y siniestra. Creo que vieron el celular de mi hijo y les llamó la atención, volvieron y amenazándolo con un arma 9 mm le exigieron el teléfono bajo amenazas de muerte. Sin oponer resistencia alguna se los entregó. No conformes con el botín y sin ninguna razón aparente le dispararon a sangre fría y lo asesinaron cobardemente. El amigo que iba con él quedó estupefacto ante semejante imagen, viendo a Alejandro caer al suelo prácticamente sin vida y sin poder ayudarlo. Cuando me avisaron que lo habían asaltado fui directamente al hospital. Pensé que sólo estaba herido y al llegar al nosocomio me informaron que mi hijo había ingresado sin vida, que nada se había podido hacer dada la gravedad de la herida. Esa noche se me vino el mundo abajo... "¿Cómo le digo a mi hija que su hermano está muerto?", me preguntaba. No puedo explicarles la desesperación y la locura que fue esa noche. Parece un sueño del cual aún no despertamos... todavía no puedo creer que esto nos esté sucediendo... ¿por qué? ¿Por qué él? No le dieron posibilidad de nada... la muerte lo sorprendió tanto como a nosotros, que no lo superamos y nunca vamos a encontrar una explicación. ¿Por qué lo mataron, si ya tenían el celular? ¿Qué más querían de mi hijo? ¿Hacer daño? ¿Destruir una familia por diversión? ¿Se creían más hombres porque tenían un arma en su poder? Mataron a una persona indefensa, trabajadora, inocente... ¿por envidia o qué? Estos delincuentes son conocidos por todo el barrio y tienen denuncias de todo tipo; ya sabían a lo que iban, actuaban siempre del mismo modo, ejerciendo violencia, y siempre bajo amenaza de muerte lograban su cometido. Espero que tengan el castigo que merecen, para ustedes no hay piedad: son asesinos con todas las letras. Ya no se recuperan, porque como no se quieren no quieren a nadie y tampoco nadie los quiere a ustedes. Esta muerte se pudo haber evitado. Si las autoridades hubieran actuado ante el primer acto delictivo cometido, esto no hubiera sucedido y mi hijo estaría con nosotros, disfrutando de los asados de los domingos con los abuelos y de la pesca que tanto le gustaba y compartiendo un partido de fútbol como cualquier chico normal. El Estado, ausente como siempre; los Derechos Humanos que esa noche no estaban para responder por mi hijo y los testigos que no quieren declarar por miedo son cómplices de este asesinato. Que esta muerte no quede impune como tantas otras. A cinco meses del brutal asesinato de Alejandro Peri, familiares y amigos exigimos justicia. P/familiares y amigos de Alejandro Peri, Marisa Quiroga, DNI 31.456.570 - Neuquén |
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