BOTELLONES GIGANTES, A LA VERA DEL TIETÉ

El río Tieté, que atraviesa la ciudad brasileña de San Pablo y que sufre una gran contaminación, revitalizó su imagen -al menos por unos días- gracias a una muestra artística en la se exhiben veinte enormes y coloridas botellas de plástico que fueron instaladas en sus orillas de un modo imponente y llamativo. Este río, que en el pasado sirvió como base para el impulso de la ciudad paulista, no vive actualmente sus mejores momentos debido a la elevada polución que sufre, por lo que su caudal se ha reducido notablemente y pasa inadvertido para muchas de los millones de personas que viven y visitan la urbe. Nadie puede bañarse en él. La instalación hecha del artista plástico brasileño Eduardo Srur cuenta con 20 de estas gigantes botellas dispuestas a lo largo de 1,5 kilómetros del curso del Tieté.
Esta obra forma parte de la exposición Quase líquido (Casi líquido) que se exhibe paralelamente en el centro cultural y que es esponsoreada por una conocida entidad financiera nacional. La idea es que el brasileño de esta zona reflexione, al menos un momento, sobre la exclusión social, la polución de los ríos, la banalización de los individuos, la soledad y la inseguridad y de lo efímero de las relaciones en la sociedad brasileña. Por los temas a los que se apunta esta muestra bien podría hacerse una parecida en nuestra región, ¿no?

JUEGO DE LUCES, EN SUIZA

"Koppancen" es la instalación del conocido
Jean-Claude Deschamps que exhibió en unas zonas oscuras de un parque suizo, donde se propuso demostrar que desde un buen diseño artístico con iluminación y telas se puede alcanzar gratificantes climas en un espacio público.

EN LOS ANGELES, GRAFFITI UNDER

Donde el afluente del Arroyo Seco se reúne al río Los Angeles, en medio de una barriada industrial, hay conductos artificiales que sirven de control para las épocas de verdaderas inundaciones.
Hasta que esto ocurre, el lugar es terriblemente desagradable y feo. Entonces, el artista plástico y galerista Alex Poli (foto) se le ocurrió plantear, desde lo que más sabe, el graffiti, hermosear el lugar convocando a las familias del lugar, con todos sus hijos y amigos, a pintar. Es así que surgió el proyecto de arte público sustentado en un "grupo ambiental", donde la misión principal y primera es proteger al río, totalmente contaminado; luego mostrar las habilidades con los colores con los sprays en la mano.
Hubo un problema que Poli había subestimado: pandillas enfrentadas profundizaron sus rivalidades a partir de sus dibujos.  "El arte siempre ayuda a construir, no a destruir", confía Poli, por estos días. "Los resultados de una mejor mentalidad cívica ciudadana hay que verla a mediano o largo plazo, nunca en la urgencia del presente", acota. Mientras tanto exhibe los inmensos murales.

ARAÑAS DESCOMUNALES

Rondando los 93 años, Louise Bourgeois -una de las más grandes artistas del siglo XX- siempre tiene presencia con sus megaesculturas como las "Mamá", nombre que le pone ella a esas tremendas arañas que suelen polular en el Tate Gallery de Londres, el Pompidou en París, el Moma en Nueva York o el centro histórico de Washington.
"Estas arañas tienen algo de aguja que repara los daños y recompone el mundo. Para Bourgeois representan la madre, la casa por autonomasia, la que protege y mantiene alejados a los merodeadores indiscretos", escribió alguna vez la historiadora española Estrella  de Diego. Ella, la diva del arte -solitaria, genial y resentida para muchos- insiste en que no hay pueblo y ciudad que no debiera volver a repensar sus espacios públicos con inmensas esculturas porque éstas siempre aseguran "ese halo mágico, de misterio y drama" que las sociedades necesitan para un mejor vivir.