Es una vergüenza lo que sucede con algunos árbitros de la liga Confluencia, especialmente me refiero al partido que el domingo 1 de noviembre enfrentaron Obrero Dique y Fernández Oro, en el cual se notó cómo el árbitro de ese partido y sus colaboradores definitivamente inclinaron la cancha en favor del local.

Señores directivos de la Liga Deportiva Confluencia o quien sea responsable de la designación de los árbitros: les sugiero, desde mi humilde opinión, que manden gente para observar y evaluar el desempeño de estas personas porque, verdaderamente, no tienen la capacidad necesaria para dirigir porque, aparte de perjudicar a los equipos, generan violencia desde dentro de la cancha. "Definitivamente influyen en el resultado".

Es cierto que una de las características del hincha argentino es atribuir y justificar las derrotas de su equipo a los malos arbitrajes. Pero esto ¿es una costumbre o una realidad?

Lo que sí podemos afirmar es que, independientemente de la causa, es cierto que terminan repercutiendo sobre el resultado de los partidos. El árbitro es un ser humano, por ende tiene derecho a equivocarse y a errar. Eso es totalmente entendible, pero si tenemos en cuenta que son empleados, deberían ser expulsados cuando realizan mal su trabajo.

En la psicología moderna se utiliza el cambio de roles como observación y apreciación de los hechos con el fin de llegar a una conjetura. Imaginémonos jugando un torneo de fútbol con nuestros amigos y un árbitro expulsa sin razón a alguno de ellos, ¿eso no repercute en nuestro juego, mente y ganas? Por supuesto que sí, ya que el temperamento es algo prácticamente ingobernable, así como también los bajones anímicos. Se entiende que un futbolista tiene que estar preparado para sobrellevar injusticias y hacer su trabajo de la manera más profesional posible, pero ¿no deberían existir duras sanciones para los árbitros que se equivocan?

La Liga es también responsable de que sucedan estos hechos, ya que valiéndose de la experiencia reciente sobre lo sucedido entre ambos equipos, lo menos que debería haber hecho es designar un árbitro con antecedentes más calificados y no a tres irresponsables del arbitraje.

La persona en cuestión se dio el lujo de expulsar a un jugador por agresión, en un salto, ante la caída exagerada de un jugador de Obrero Dique y le sacó tarjeta roja, cuando se encontraba a más de 50 metros de la acción. El línea de ese lado, que tenía la jugada en sus narices, no levantó su banderín porque no existió tal agresión, pero tampoco tuvo la valentía y la personalidad para advertir al árbitro sobre la verdad de lo sucedido, es decir, que no había sido un golpe y que el jugador sólo había fingido.

Del mismo modo el juez de línea, ubicado del lado de la parcialidad local, ante una jugada dudosa recibió el reclamo de los jugadores de Fernández Oro, llamó al árbitro y mintió diciendo que lo habían agredido verbalmente. Luego respondió con dos tarjetas rojas para el arquero (capitán) y un jugador de campo.

Me pregunto, ¿quién corrobora dicha agresión verbal? Nadie, es la palabra de un jugador contra la de un juez de línea.

Conclusión: jugadores suspendidos y clubes perjudicados por los árbitros, que echan por tierra el trabajo diario de un montón de gente que desinteresadamente lucha por mantener los clubes y no se dan cuenta de que sin clubes no hay liga, sin liga no hay fútbol y sin fútbol, vaya uno a saber a qué se dedicarían estos señores, porque no están capacitados ni para dirigir torneos de barrios.

Raúl Néstor Croceri

DNI 10.868.734

Fernández Oro