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"El fuego no distingue"

Dice la Biblia en el Libro de los Jueces:

Se cuenta que los árboles fueron a elegir un rey. Se dirigieron al olivo y le pidieron: "Queremos que tú reines sobre nosotros".

"¿Yo?", replicó el olivo. "Yo no puedo, estoy ocupado, debo producir aceite". Entonces se dirigieron a la vid. Ella se negó exclamando: "No, no tengo tiempo, tengo mucho que hacer, debo producir vino para alegrar la vida de los hombres".

Y fueron de árbol en árbol, de la higuera al granado y del peral al manzano, y la respuesta era siempre la misma: cada uno estaba con una función útil, productiva y bella. Finalmente fueron a ver al espinillo. Éste los contempló y les dijo: "Acepto, pero debo hacerles una advertencia: si no me obedecen, haré brotar fuego de mis ramas y ese fuego los devorará a todos"...

La idea bíblica es clara, los que nadan tienen que hacer, ambicionan el poder, que es hacer nada, hacer que otros hagan, dominar. El espinillo tiene esa única virtud: al contacto con el fósforo se enciende como madera reseca y provoca incendios.

¡Cuidado! señores del Estado, que el fuego no distingue.

Marcela Muratti, DNI 11.753.003 - Centenario



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