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"Con el dolor no se juega"

Vivimos en Chimpay y poco a poco nos fuimos acostumbrando a que se hicieran normales cosas que no deben serlo o, al menos, tener la posibilidad de elegir que así sean.

Nos acostumbramos a caminar por la calle, porque son pocas las veredas que tienen el "privilegio" de tener un cordón cuneta. Nos acostumbramos a andar en zapatillas porque, cuando llueve, algunas arterias emulan lagunas y los barriales parecen chiqueros.

Nos acostumbramos a elegir caminos alternativos que tengan algo de alumbrado público, pues las mañanas de invierno y las noches son realmente "bocas de lobo".

Nos acostumbramos a ver la plaza de la esquina a veces sin luces, con hamacas invisibles y rosetas por doquier que se regocijan en pinchar bicicletas.

Demasiados "nos acostumbramos"...

Pero no, señor intendente, ya no, no queremos acostumbrarnos más y todo tiene un límite? En este caso, el límite es el dolor. No tener prevista la última morada para que nuestros muertos puedan descansar en paz, es inadmisible y de una insensibilidad mayúscula.

Con el dolor no se juega, y la falta de previsión de su gestión y la de sus funcionarios responsables no tiene perdón, un "me imagino" no lo salda. No señor, no señora. No se lo imaginan, de ninguna manera? Desde el fatídico 16 de octubre, Matías, Guadalupe y Hugo no tienen descanso en paz. Sus familias no podemos acercarnos al cementerio y, si lo hacemos, en esta circunstancia el dolor se acrecienta infinitamente.

Previsión, señor intendente. Previsión, señores funcionarios. La obra pública se planifica, se proyecta, se prioriza y se ejecuta. Con el dolor del pueblo no se juega.

Gerardo O. Bravo

DNI 17.828.133

Viviana C. Fernández

DNI 16.068.693

Chimpay



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