Al presidente del TSJ, Dr. Massei:

El día 21 de diciembre algunos medios de prensa dieron cuenta de su molestia con el Poder Ejecutivo. Usted se queja de que el Poder Judicial debe arrodillarse ante algunos funcionarios para pedir plata para funcionar.

Permítame decirle que -contrariamente- distintos grupos de la sociedad civil nos arrodillamos continuamente ante el Poder Judicial para solicitar que administre justicia; o sea para que haga aquello que debe hacer.

Sin embargo, lejos de ocuparse de aplicar las leyes, la impunidad se ha convertido en su política. Cientos de crímenes sin sentencia condenatoria, sin esclarecimiento. La cultura de la impunidad da lugar a la cultura del delito. Delitos contra las personas y contra las cosas son perpetrados diariamente y el delincuente cuenta con la certeza de que no será sancionado.

No tributan ganancias, sus compensaciones son abultadas y no pueden ser disminuidas, cuentan con ley de autarquía, están habilitados para dictar clases en organismos provinciales (no se los considera incompatibles) y permanecen en el cargo mientras dure su buena conducta. Pero digamos que, con relación a esto último, no abundan el jury de enjuiciamiento ni el juicio político, según de quien se trate.

No voy a mencionar en esta carta a los familiares de las víctimas de asesinato, ya que lamentablemente me olvidaría de muchos. Diariamente lloran por la pérdida de un ser querido a manos de delincuentes y a su llanto se le suma el sentimiento de impotencia por no contar con sentencias condenatorias, que al menos puedan ser aleccionadoras para el resto de las conductas proclives a la transgresión de normas.

Considero que, para lograr un aumento del porcentaje de coparticipación, primero debiera el Poder Judicial recuperar la confianza de la parte de la sociedad que es decente y que hace de actividades lícitas su medio de vida. Solicitar desde la legitimidad, no solamente desde la voracidad y la falta de saciedad.

Los ciudadanos neuquinos hemos perdido la tranquilidad de caminar por las calles, de pasear despreocupados, de mirar vidrieras sin tener que circular con la cartera apretada y mirando para todos lados... un joven puede ser asaltado camino a la escuela y residiendo en el barrio de la misma. En fin, como ciudadana no me cierra su demanda.

Me gustaría que familiares de víctimas de delitos impunes sumen voces a esta carta que pone en palabras, creo, un pensamiento ciudadano.

Susana Ravalle

DNI 13.539.338

Neuquén