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"Nos humillaron, maltrataron y despojaron en el aeropuerto de Barajas"

Recurro a este medio para denunciar lo que sigue pasando en el aeropuerto de Barajas.

Somos una familia mendocina (hace años viviendo en la ciudad de Neuquén, por adopción) que con mucho esfuerzo y sacrificio viajamos a la "madre patria" con el fin de conocer a nuestro nietito (tenemos dos hijos viviendo allí) y de paso reunirnos como la linda familia que somos para festejar el cumpleaños de mi señora.

Llegamos. Íbamos munidos de todos los papeles y fuimos arrebatados de la fila de migraciones (junto a otros hermanos sudamericanos), dejados a un costado por horas para humillarnos, viendo cómo pasaban los demás, haciendo alarde de "usted es de la comunidad, adelante, adelante".

Viajamos con mi señora, mi nuera, mi otro hijo y su beba de sólo cinco meses (un sol, nuestro sol en esos días de holocausto). Después de horas nos pasaron a una dependencia horrible. Nos llamaban a declarar uno por uno, nos despojaban de toda documentación, se reían del dinero que llevábamos, de nuestra tarjetas de crédito, se burlaban de los pesos argentinos mezclados con los euros, nos humillaban como pobres (sí, no nos sobra, pero tampoco les pedimos a ellos ni un peso para los pasajes ni para estar allí, ya que nuestros hijos nos recibirían en sus casas). Les juro, íbamos solamente a convivir en familia; somos de los que pensamos que vivir en nuestro país es lo mejor que nos pudo pasar y se lo recalco permanentemente a mis hijos de lejos. Nos subieron dos pisos más y nos hacinaron en otra dependencia, donde estuvimos interminables horas. A todo esto escuchábamos que mi hijo (el que nos había ido a buscar al aeropuerto) llamaba insistentemente a la dependencia y le contestaban con evasivas, a mi nietita querida la madre tuvo que cambiarla en el suelo sin tan siquiera higienizarla, no nos dieron agua ni un pedazo de pan, nada. Otra vez a declarar, con preguntas capciosas hirientes. Nos pusieron una abogada (todo un circo armado) para que nos defendiera: mentira, sólo le interesó cobrar sus honorarios.

Nuevamente esperar hasta que nos condujeron escoltados por cuatro policías vestidos de negro, sobrándonos por lo bajo, dos pisos más arriba, al presidio de Barajas, donde en condiciones infrahumanas hay compatriotas nuestros y hermanos sudamericanos desde hace mucho tiempo. Están ahí sólo por ser sudacas, sólo por portación de cara o de piel. Nos humillaron, maltrataron, despojados de todo lo poco que nos quedaba en nuestro cuerpo (pulsera, billetera, reloj, aros, cadenas, etcétera). En ese penal hay tres teléfonos: 0034 9130544213 es el verdadero número, al pueden llamar para comunicarse con los detenidos. Luego hay dos números más que son de la oficina de información policial (donde los atienden muy mal) 0034 913010920 y 0034 913010928.

Nos partieron al medio, nos rompieron la ilusión, nos dejaron con los brazos abiertos. Peor: vacíos del abrazo de nuestros hijos y nuestro queridísimo nieto.

Nuestros hijos, desde afuera y con la ayuda de amigos argentinos, lograron que nos enviaran lo más rápido posible a nuestro bendito país y no vivir el horror del holocausto. Casi segundos antes de escoltarnos como presidiarios al avión de AA, llamó mi hijo y pudimos con mi señora hablar con él, segundos nada más. Nos pedía perdón. "¿De qué, hijo?, le contesté. ¿De qué? Cuidate, algún día nos veremos"... y me tiraron de la camisa y lo despedí dejando el tubo balanceándose como diciéndome: adiós viejo, adiós.

Y nos deportaron como escoria, como sudacas, jactándose de todos nosotros, provocándonos con los saludos. Nos escracharon los pasaportes, nos destruyeron.

Por favor, ayúdenme a difundir esto. Debemos continuar para que ningún hermano argentino ni sudamericano viva este horror.

Alberto Domingo José

DNI 12.948.147

Neuquén



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