Paso por la calle Leguizamón de Neuquén y hace seis meses que veo y sufro un montículo de tierra a la altura del 1850 sobre la calzada vehicular derecha yendo hacia el sur. Es de 2 por 0,40 metros de alto y 0,40 de ancho; primero estaba señalizado con ramas y después con tres bolsas de plástico negro. Más adelante, por la misma calle, al 2200 hay una chata abandonada estacionada en contramano marca Chevrolet modelo 1970, sin parabrisas, gomas ni motor, que está ahí desde hace más de dos años, con chapas podridas hacia el paso vehicular. Mis pedidos a los frentistas y a la municipalidad de Neuquén fueron infructuosos y desde hace unos días aparecieron nuevos montículos de tierra sobre la misma en diferentes alturas... parecería que la mugre llama.

Se produce el fenómeno del vidrio roto en la mampara: al estar uno roto y no ser reemplazado se van rompiendo los otros, ya que se piensa "Nadie cuida esto". Lo mismo pasa con la basura, que al estar estimula el abandono. Hay que pensar que el Estado somos nosotros; somos los soberanos, limpiemos nuestras calles para que los malos hábitos no se extiendan. Existe peligro de accidentes; hay que pensar que al poder local u otro esto le resulta muy caro, ya que tienen muchos derechos, artículos e incisos para el fin. Debemos ejercer el poder en el hacer; utilicemos el camino para el aprendizaje: al estar nuestro barrio limpio, bien pintado y arreglado va a tener más valor y si queremos venderlo o permutarlo va a ser más fácil y va a significar más poder para nosotros, más libertad y más independencia.

José Francisco Imaz, DNI 6.563.303 - Neuquén