Parece mentira que en tiempos en que el trabajo es tan escaso existan personas que lo tienen y poco les preocupa cumplir.

Soy tía de un niño que concurre a la Escuela Nº 75 de Mallín de los Caballos desde el año pasado. Hablando, mi hermana me comentó indignada que su hijo sólo había tenido cinco -sí, 5- clases de música durante todo el año pasado y este año, sólo dos. De hecho, y como si fuera poco, mi sobrino no sabe la letra de nuestro Himno Nacional.

Me tomé el trabajo de averiguar sobre su docente, porque no sólo "trabaja" -si se puede decir así- en Mallín de los Caballos: también lo hace en la Escuela Nº 170 de Las Lajas, donde justamente es compañero de una amiga que me comentó que tampoco concurre a dar clases allí.

Yo me pregunto si el médico que extiende certificados poco creíbles piensa en el daño que les causa a muchos niños y también qué hacen directores, supervisores, funcionarios de Educación y gremios con estos personajes que tanto daño le hacen a la sociedad. ¿Hay alguna sanción?

Los docentes siempre son noticia por los paros e innumerables pedidos de aumento; sería muy bueno también que a la hora de trabajar se pusieran sus guardapolvos y dejaran de robarles a los niños el derecho a aprender y a crecer.

Clementina Espinoza, DNI 17.914.629

Zapala