Al Dr. Carlos Pereira Duarte:

Resulta muy difícil sintetizar. Ha fallecido un hombre de bien. En los más de 30 años que lo conocí, debo afirmar que no he encontrado persona más bondadosa, amable, coherente y sincera. Compañero de trabajo, he compartido muchos años puerta por medio. Su bonhomía, cariño por la medicina que ejerció y generosidad... no puedo -aunque me esfuerce- encontrar parangón.

El dinero no estuvo nunca en su meta profesional. Daba lo mismo si era una familia de una toma o el hijo de un ministro. Sus abrazos eran sentidos, sus besos bienvenidos y sentidos. Nunca aduló ni fingió. Era así. Maestro para sus compañeros médicos, porque siempre sintió y gozó de su tarea.

Jamás consideró si traían orden de consulta o no. Siempre hizo lo mejor que su experiencia -mucha- le decía...

Aprendimos mucho de él. Quiero hoy rendir mi humilde homenaje al hombre que fue, al médico, pero -como decía- fundamentalmente al modelo de lo que todos deberíamos ser.

Esta partida tuya, Carlos, no es más, querido "Pimpi", que una entrada por la puerta grande del cielo. Por favor, guianos con tu ejemplo.

Luis Zuccarino

CI 5.826.930

Neuquén