Muy en breve, y a través de su cuerpo de diputados, los ciudadanos neuquinos habrán de aprobar la minería hidrotóxica a cielo abierto en el ámbito de su territorio provincial. Esto significa que permitirán que se demuelan a polvo sus montañas para luego mezclarlas con el correr del agua de sus ríos y vertientes subterráneas, barro que será envenenado con cianuro, ácido sulfúrico y/o mercurio. Este proceso contaminante les permitirá extraer un gramo de oro por cada tonelada de roca pulverizada.

Para concretar tal absurda decisión sólo resta que sus diputados aprueben en particular la minería hidrotóxica en la provincia de Neuquén, determinación que no solamente habrá de afectar la sanidad de los cursos hídricos neuquinos sino que también afectará la calidad del agua que habremos de beber los ciudadanos rionegrinos y maragatos que habitamos aguas abajo de la cuenca.

Sean así entonces informados nuestros respectivos funcionarios de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de las provincias de Neuquén, Río Negro y Buenos Aires sobre la revuelta político-ambiental y social a devenir ante el hecho de aceptar la provincia de Neuquén este nefasto sistema de minería del agua envenenada. Pueda que cada legislador neuquino reflexione para bien y a futuro respecto de su decisión de no dañar aún más nuestra frágil y maravillosa naturaleza patagónica.

Elvio Mendioroz, LE 8.213.861

Carmen de Patagones