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"Que los departamentos vuelvan a sus dueños o a sus familias"

La Justicia neuquina, a través del juzgado Civil Nro. 4, ha decidido rematar un departamento ubicado en la Torre de Periodistas I que supuestamente perteneció a la Asociación de Obras Sociales, comúnmente conocido como ADOS, entidad que quebró y se le están subastando sus bienes.

Con el martillo de remate en el aire, vale que recordemos el mecanismo espurio utilizado para que esos departamentos, construidos para los trabajadores de prensa y sus familias, fueran arrebatados por las FF. AA. a partir del 24 de marzo de 1976 y distribuidos entre ellas. El que ahora se remata, el número 19, del 4to. piso, fue para los representantes de la Marina, que en ese tiempo controlaban el ADOS. Era la primera obra de la Cooperativa del Periodista, también mandada a la quiebra.

Lo que me llama la atención es que el paso del tiempo -incluyendo más de cinco lustros de democracia- en lugar de traer reivindicaciones y devolver las cosas a los lugares que corresponden -es decir que el Ejército devolviera los 18 departamentos que sigue usufructuando, la Marina los dos que tenía y la Policía Federal lo que le tocó-, lo que consolidó fueron posesiones mal habidas.

Pese a haberlo intentado, nunca pude conseguir información sobre la forma en que el Banco Hipotecario Nacional -que financió la construcción de la torre de Avenida Argentina y Periodistas Neuquinos en donde está el departamento motivo de la subasta- oficializó la documentación que acredita la propiedad de esos bienes por parte de los organismos militares y de seguridad. O tal vez nunca lo hizo y la tenencia sólo se sostenga por la fuerza utilizada al principio y la indiferencia que se planteó cuando retornó la democracia.

Pero observando la cadena de complicidades que permitió que la Cooperativa del Periodista quebrara y luego se formalizara un festín con departamentos, dúplex y terrenos de muy alto valor, no tengo dudas de que los intereses que se coaligaron a partir de la dictadura siguen teniendo vigencia y apetencias. Todavía hay valiosos terrenos conseguidos con el esfuerzo y sueños de muchos periodistas y trabajadores de otros rubros para rematar. ¿Y esa planta qué destino tendrá?

Reconozco que a esos intereses no se los combate con una carta de lectores, pero estoy convencido -y por eso insisto en esta línea- de que en algún momento esta sociedad permisiva empezará a reclamar justicia en todo sentido y aspiro, entonces, que estas cartas ayuden a mantener la memoria para que los departamentos vuelvan a quienes fueron los originarios destinatarios o a sus familiares.

Ricardo Villar

DNI 8.377.070

Neuquén



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