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"El puma aniquila las ovejas en el interior neuquino... ¿y el Estado?"

Me dirijo a usted, en mi condición de productor ovejero de la provincia del Neuquén, para hacer pública mi preocupación por el daño ocasionado por el puma a las majadas.

En nuestra zona de Paso Yuncón y Zaina Yegua (a 45 kilómetros hacia el sur de Piedra del Águila), la principal causa de la disminución de ovejas es el puma. Este felino posee una enorme capacidad de destrucción y un gran potencial para desplazarse a enormes distancias desde sus guaridas. En un rato destruye la cantidad de ovejas que desee, no con ánimo de alimentarse de ellas sino por puro daño. Quienes recorremos los campos vemos los cadáveres de nuestras ovejas, capones y corderos esparcidos por el terreno; la mayoría no fue comida por este animal. Las mata por matar.

Desde hace años noto que existe una notoria despreocupación sobre este tema por parte de algunos productores y por los organismos oficiales provinciales. Quien escribe ha transmitido sus inquietudes a los responsables de la parte agropecuaria y de fauna silvestre y también a productores vecinos.

Las pérdidas anuales por esta causa van en ascenso, al extremo de haber provocado el abandono de la explotación ovina en varios establecimientos de la provincia. Los organismos provinciales no ignoran esta situación, en la que deberían intervenir para hacer efectivo el derecho a producir y a desarrollar una industria lícita inserta en la cadena de valor de la lana.

Deberíamos enfocar nuestros esfuerzos a la conservación de la oveja. Con 150 a 200 mm de lluvia en todo el año, sin campos de veranada, ésta es la única alternativa productiva sustentable. Todo cambio que se intente no logrará conformar una unidad económica rentable. Nuestros campos no son aptos, por ejemplo, para vacas porque son pobres en pastizales y no poseen mallines abundantes en pastos.

La región está sufriendo un perjuicio económico significativo con la pérdida de ovejas y la desaparición de sus majadas comerciales. Esta actividad es importante porque genera trabajo a puesteros, recorredores y especialmente en ocasión de la esquila. Al erario público le reporta ingresos por impuestos (IVA, Ganancias, a los cheques), derivados de la comercialización de lana fina de buena calidad, todos ellos coparticipables a la provincia.

En la actualidad se ha llegado al extremo de la coexistencia de establecimientos ganaderos laneros y de emprendimientos denominados "reservas ecológicas".

Desde mi punto de vista, frente a la falta de una política de Estado que proteja a las economías pastoriles, estas reservas se transforman en encubridores de los pumas que matan ovejas fuera de sus campos y luego retornan a sus madrigueras. ¿Cómo el Estado tolera esta situación de conflicto, con evidente perjuicio económico para una sola de las partes?

Podemos recuperarnos de los bajos precios de la lana y de la carne ovina, hasta de los malos años por sequías, pero del puma no porque aniquila las majadas. Los productores que combatimos esta plaga, en protección de la oveja, estamos fracasando. Esto supera el esfuerzo individual y se ha transformado en un problema regional y provincial, porque llega a nuestros oídos las quejas de ganaderos de otros rincones de la provincia.

Hace tiempo que muchos productores le pedimos a los funcionarios públicos del área que cumplan con su cometido pues la situación ya es insostenible. Se deberían hacer estudios de las poblaciones de pumas y establecer métodos de control y de neutralización, como ocurre con otros organismos vivientes (langosta, conejo, liebre europea) cuando ponen en jaque otras producciones generadoras de actividad laboral y de ingresos económicos.

Antes de que sea demasiado tarde, suponiendo que aún no, tenemos que decidir -sin hipocresías y dobles discursos- si queremos que en la economía provincial participe la cría de ovejas o la de pumas. Al paso que vamos, éste se está imponiendo frente a la vista de todos; aun de las autoridades que ocupan cargos públicos justamente para hacer efectiva la vigencia del derecho a producir. Que nadie se asombre si ve transitar un puma por el pueblo, es que ya hay tantos en el campo que algunos se arriesgan a conseguir comida y bebida en otra parte.

Jorge Germán Duarte

DNI 10.388.269

Neuquén



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