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"Inexplicablemente fui sometido al escarnio público en un programa de radio"

Algo raro, para mi humilde entender, pasa en Zapala concretamente con un medio de comunicación (para no involucrar a los demás, que son realmente serios) y espero que la nueva ley de medios contemple alguna solución a estas graves irregularidades.

Paso a relatar: luego de atender a una paciente en la Guardia del Hospital Zapala el 5/10/09 por la noche, ésta se quejó de supuesta mala atención de quien escribe, amenazando con notificar al director y hacer pública en un medio de comunicación radial al día siguiente esa supuesta mala atención (las dos cosas). Estoy más que seguro de que hay algo que no funciona respecto de la supervisación de lo que se transmite desde un medio de comunicación.

La notificación al director me parece más que pertinente (igualmente aclaro que atendí, revisé, diagnostiqué y mediqué a la paciente, asentado en el libro de Guardia) y que me sea solicitada una aclaración por escrito de los hechos, pero la paciente no la realizó. Pero lo segundo, lo que efectivamente hizo (la "denuncia" al aire de un medio de comunicación, directa, sin filtros) el 6/10/09 nos debe llamar la atención sobre qué pasa con los micrófonos liberados a quien se le ocurra, sin recurrir a los reclamos formales ante los superiores y, en caso de corresponder, a la Justicia.

Soy un ferviente defensor de la libertad de expresión, pilar de cualquier régimen democrático, pero, y esto es obvio, se debe manejar con responsabilidad, sin lesionar derechos de los demás, como en cualquier democracia que se digne de ser civilizada y educada. Por esa denuncia (¡en vivo y en directo!)... Inexplicablemente fui sometido al escarnio público en un programa de radio. Lo único bueno es que fui famoso por un rato, a pesar de mi sangrante y dolido pellejo.

Aquí en Zapala existe una radio (en el dial, la 98.9) que a mí en lo personal me revuelve el estómago. Es regenteada por un parlante ¿periodista?, ¿locutor? (¿habrá título habilitante terciario o universitario?) con el alias de la nacionalidad de un gigante país asiático. Un tal Salazar de apellido. Conduce un programa de radio. Éste es el que recibe la "denuncia" y automáticamente la transmite al aire. Maestro y dueño del micrófono. El dueño de la pelota en términos futboleros. El que tira el centro y lo va a cabecear. Juez y parte del que llama. La pregunta es:¿cuál es el derecho constitucional que invoca para ser parte de este particular juzgamiento mediático? Pero aun así lo instruyo: si la verdad tiene dos caras, cuando se dirime una cuestión entre dos personas, escuchar una sola opinión sin dar al otro la posibilidad de réplica y encima dar por sentado que el único que se comunica tiene la razón es, por lo menos, arbitrario y hasta me animaría a decir que es bastante autoritario. Señor juez chino, piense en esto.

A este pintoresco personaje chino, aparentemente (y si es así, lamentablemente) conocido aquí, en Zapala, como ciudadano con derecho básico a la privacidad, le exijo que no me mencione más en su radio. Tengo derecho a la privacidad (artículo 1.071 bis del Código Civil).

No soy un profesional que consiguió su trabajo por el voto, no soy un personaje público. Conseguí mi título estudiando. Respondo reclamos individuales, no reclamos de conventillo. El doctor Fracchia no existe más para usted. Borre la palabra Fracchia de su léxico.

Siga con algo que, visto desde una óptica de alguien con un mínimo de objetividad, es de pésimo gusto (facilitarle el micrófono a cualquiera y hablar mal de quien no está invitado al convite y, encima, en forma traicionera, como lo es no notificarlo de lo que se está transmitiendo). El doctor Fracchia responde por su responsabilidad médica y nada más. En resumidas palabras, no me moleste más y vaya a hacer algo productivo.

Pidiendo mil disculpas por hacer pública esta situación particular, ante los tantos problemas que aquejan a nuestra querida Zapala y a nuestro país, una reflexión final que intenta ser personal pero que en el fondo no es tan personal. Particularmente, y mis compañeros y pacientes lo saben, soy un médico comprometido con la salud para todos como obligación inalienable del Estado y como derecho básico de todos los habitantes de nuestro querido país. Palpo lo mismo en mis compañeros. Verdaderamente, le ponemos el hombro. Para mí es lo mismo atender a la presidenta Cristina que al intendente Sapag (a quien le agradezco haber confiado en mí en la consulta por una dolencia aguda), o a don Sánchez de Ramón Castro o a Jorge Arriagada de Puente Picún Leufú. A todos con la misma responsabilidad y respeto. Trabajo con el bien más preciado de cualquier ser humano que es su salud. Demasiada carga y responsabilidad para que encima tengamos que soportar estos ataques arteros y traicioneros.

A los responsables del control de este medio de comunicación: por favor, realicen supervisión de esta patética forma de libertad de expresión.

Marcelo C. Fracchia, DNI 17.575.066

Médico de Guardia Externa en el Hospital Zapala

Médico General MP 2.385 ME 1.384



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