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"Escribo por su llanto silencioso"

Empiezo esta carta sintiendo el deber de escribirla. Uno que nadie me impone, excepto esta impotencia cansada de gritar. Es quizás la forma que encuentro de hacerlos compañeros de mi impotencia y de sentir que comparto el silencio de tantos.

Está circulando un mail, que probablemente muchos han visto en estos días, que relata la denuncia que realiza una mujer por abuso e involucra a un reconocido médico de la ciudad de Neuquén.

Pasaron meses desde aquella denuncia. Y después de un proceso en el que sólo se investigó a la víctima (porque el "hombre" ni siquiera fue citado a declarar) y después de recolectar pruebas y testimonios, la Justicia tomó una decisión: guardar las pruebas y los testimonios en un cajón y esconder la angustia de esta mujer en alguno también.

Claro que escribo por su llanto silenciado por esta Justicia. Pero también lo hago por otros llantos que he conocido en este camino, lágrimas que sólo caen en voz baja. Denuncias que no llegan a nada o, lo que es peor aún, mujeres que no denuncian.

Somos testigos de una Justicia que es amiga de unos pocos, que investiga a las víctimas y olvida intencionalmente al victimario (cuando es influyente) y que, particularmente en casos como éste, recolecta pruebas como parte de un juego que indefectiblemente acaba con una mujer más sin respuesta y sin consuelo.

Somos testigos de una Justicia a la que no acceden todos. Caminamos a la par de tantas personas para quienes la misma es sólo un edificio o una palabra vacía de contenido. Convivimos con hijas, amigas, hermanas, mamás, que nunca van a tener la respuesta que merecen frente a ese padecer, que no merecían.

Estamos mirando cómo actúa una Justicia elitista, corrupta y machista para la que la igualdad como principio fundamental es sólo un postulado hueco, escrito y muerto en tantas leyes, igualmente inertes. La misma Justicia que como primera medida transforma en "sospechoso" a todo aquel que no goce del privilegio de las influencias.

Somos testigos y escribo quizás intentando que estas líneas nos acerquen, nos unan, nos hagan caminar con los pies del otro.

Intento también que estas líneas sean una forma de darnos la mano para no convertirnos en cómplices de esta injusticia.

Alejandra Roldán, DNI. 32021066

aleh87@hotmail.com -Neuquén



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