Las casas son como las personas que las habitan, creadas a su imagen y semejanza, y tienen la misma edad que sus dueños. Los jóvenes solamente crean casas alegres, mientras que con el correr de los años envejecen. O sea que mirando la fachada de las casas podemos deducir la edad de sus habitantes. Muchas veces no importa el material con que están construidas: son aquellas pequeñas cosas que se les agregan, como las plantas en el jardín, la luz, el aire...

Hay materiales que sirven para una sola generación. Recordemos que en Europa se pudo reconstruir la forma de vida del pasado viendo las viviendas de quienes las habían habitado; los poderosos, castillos inmensos y amurallados a fin de proteger a sus vasallos y éstos, nada, ya que se las quemaban los invasores o el tiempo las destrozaba.

En América, de cierto paralelo al sur y al norte los originales habitantes no dejaron nada; es que las chozas o carpas se las llevó el tiempo, eran medio precarias.

Cuando vemos una cabaña en el país, sólo pensamos cuánto tiempo sobrevivirá.

Ana Escuder, DNI 93.484.325 - Río Turbio