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"Me duele ver a Bariloche calamitoso, descuidado, con calles que son un desastre"

Carta abierta al señor intendente de San Carlos de Bariloche:

Es realmente difícil para mi escribir estas líneas. Nací en Bariloche hace ya más de setenta años. Lo vi crecer, a veces con dificultades y otras con bonanzas para todos sus habitantes.

Me duele verlo hoy realmente calamitoso, descuidado, con sus calles convertidas en un verdadero desastre. Pozos que no sólo atentan contra el estado de los vehículos sino que pueden resultar un real peligro y ocasionar accidentes que después lamentaremos.

Una ciudad turística sin baños públicos (que los hubo), sin playas de estacionamiento municipales; una ciudad que se dice lacustre y se ufana de ser internacional pero no tiene muelle o, peor aún, tiene uno inconcluso cuyo ingreso está cerrado con alambres como una tapera abandonada.

No pretendo que se retorne a épocas en las que los concejales no cobraban sueldos y que, cuando debían viajar por trámites a Viedma (que ya era la capital de la burocracia), muchos de ellos y también algunos intendentes pagaban de su bolsillo el tren y alojamiento porque les daba vergüenza ser financiados por el erario público.

Esas épocas ya pasaron y lo comprendo. Pero que la municipalidad, que debería ser la más rica de la provincia, esté solicitando lastimosamente préstamos para pagar los sueldos y no tenga dinero ni para tapar un pozo... bueno, algo se está haciendo muy mal, tan mal que nuestros concejales, en teoría representantes de los ciudadanos, se permitieron aumentar hasta el 300% las tasas por servicios urbanos (antes servicios retribuidos), que en su mayoría no se prestan, lo que por cierto no predispone a su pago por parte del contribuyente y por el contrario lo hace sentir usado e impotente ante tamaña injusticia.

Lo que es peor aún, ese aumento se efectuó cuando ya una fuerte crisis golpeaba a la ciudad y cuando existía una morosidad importante en el cobro de las tasas. Esto habla de insensibilidad social, aunque se quiera disfrazarlo.

Además ¿alguien pensó que aumentándolas se iba a recaudar más? ¿No será al revés y lo único que se logrará será incrementar el número de contribuyentes obligados a la morosidad?

Si antes del ajuste alguien no podía pagar diez, por qué pensar que ahora podrá pagar treinta. Suena un tanto ilógico. Mucho más lógico sería tratar de adecuar los gastos de la municipalidad a la posibilidad de pago de los contribuyentes, que en su gran mayoría no son morosos por placer o especulación.

Una comunidad organizada que vive en zona de montaña debería tener por lo menos dos o tres máquinas barrenieve y algún dinero extra en depósito para cualquier emergencia, además de todos los servicios que le son propios cubiertos perfectamente. Sólo así puede funcionar y crecer una ciudad cuyo principal ingreso es el turismo. Pero nada de eso tenemos. En su lugar, según mi humilde criterio, tenemos exceso de personal de tal forma que lo recaudado apenas alcanza para abonar los sueldos.

No crea, señor intendente, que lo culpo a usted de todos nuestros males. En realidad hace ya muchos años que nuestro municipio entró en un declive pronunciado; basta con ver las obras que en un pasado se pudieron realizar y desde hace unos cuantos años siquiera podemos mantener.

Bueno, pero alguna vez alguien, ¿por qué no usted?, deberá tomar "el toro por las astas" y empezar seriamente a reducir gastos, hacer los cambios necesarios para que se cumpla el viejo y tan actual refrán: "Nadie puede gastar más de lo que gana", refrán que en definitiva es la única base para una economía sana.

Sólo así Bariloche volverá a ser una ciudad con futuro y un buen lugar donde criar a nuestros hijos y nietos. Dios nos dio el paisaje, pero lo demás nos corresponde hacerlo a nosotros. No nos acostumbremos a la decadencia.

Raúl Fant

DNI 7.393.383 - Bariloche



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