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"Recaudación 1-instrucción 0"

Quiero compartir un episodio que viví y puede que le sirva a alguien más en las mismas circunstancias. Apelo a este medio gráfico para que llegue de manera más fácil a oídos de la gente, sobre todo al que esté al frente de la organización del control de tránsito. El diario seguro que lo lee.

Estoy de acuerdo con los controles de alcoholemia, porque son una herramienta más de prevención, y con que según nuestra idiosincrasia pareciera sólo aprendemos a través del "dolor del bolsillo". Por supuesto, siempre que estos controles se realicen como corresponde... y de eso trata esta carta.

Fui detenido para dicho control en la ciudad de Cipolletti y al medirme el contenido de alcohol en sangre resultó que excedía el límite permitido por ley para conducir. Hasta ahí bien, más allá de mi sorpresa por el resultado. Solicité, para la aceptación de la infracción, que se me mostraran los certificados de calibración del equipo con el que había sido testeado, ya que quería saber si el control era veraz.

Mi segunda sorpresa obedeció a que me contestaron que no lo tenían, que debía aceptar que el instrumento "andaba bien" y que en todo caso planteara en mi descargo lo que creyera conveniente. A pesar de mi insistencia en hacerles ver que no tenía manera de constatar fehacientemente si ese equipo tenía la calibración como correspondía y que difícilmente firmaría una infracción basada en la incertidumbre, no hubo caso.

En base a lo que he expuesto aquí, quiero contribuir humildemente a concientizar a la gente en general y a los conductores en particular sobre los derechos que nos asisten.

Es un deber -y lee bien: estoy diciendo "deber"- que se demuestre in situ que lo que los controles a través de medios electrónicos miden es una lectura acorde con la realidad, o sea que funcionan bien. El agente de tránsito que me detuvo y supuestamente el "habilitado" para hacerme el control no estaban al tanto de que podía solicitar la documentación que les exigí. Esto se deberá a la falta de conocimiento o a una orden superior que también ignora tal cosa. La cuestión es que, así como nosotros debemos llevar mucha documentación probatoria de que podemos circular, es lógico que queramos aquella que no está diciendo lo contrario -en este caso, alcoholímetro mediante-.

En mi caso, no puedo negar ni aceptar el resultado del instrumento con que me analizaron y esa incertidumbre es muy sencilla de solucionar de modo de evitar roces más allá de los que de por sí se plantean con los que sí están ebrios.

Conclusión: no niego un resultado ni otro, siempre y cuando me digan que lo hacen bien, y de la única forma que merecería tal calificativo sería si el instrumento estuviera en condiciones. En ese momento ni ellos ni yo lo sabíamos.

Es increíble ver cómo hacen evidente que el objetivo principal de estos operativos es la recaudación fácil (y digo "fácil" porque si este operativo se hiciera a la salida de un restaurante o parrilla absolutamente nadie pasaría la prueba, dado que el resultado del alcohol en sangre es siempre superior al permitido). Si fuera por prevención o educación deberíamos ver más coherencia al momento de instrumentar la forma de aplicar estos controles, coherencia que debe incluir esta documentación lógica que nadie tiene cuando es solicitada.

Osvaldo Siarrusta, DNI 24.659.670

Neuquén



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