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"Perversidad y decadencia sin límites"

El domingo 16 de agosto pasado la tapa del diario "Río Negro" cumplió la función de un espejo en el que nosotros, los ciudadanos, pudimos ver reflejada la realidad de nuestra sociedad. Una sociedad tan enferma que ya no tiene fuerza para reaccionar ante tanta perversidad y decadencia sin precedentes en este país. El voto del legislador Hugo Cuevas que le costó al Estado (¡a nosotros!) 20.000 pesos y, en la misma portada, el informe sobre la situación de los niños que en el basural de Bariloche buscan cómo sobrevivir?

Pero la gota que hizo rebalsar la copa que tengo en mi conciencia y mi alma fue el discurso de nuestra presidenta en el marco de la firma del convenio con la AFA, convenio que le cuesta al Estado (¡a nosotros!) 600 millones de pesos. En este discurso la presidenta comparó la desaparición de 30.000 argentinos con el "secuestro" de los goles por el grupo monopólico que manejó, hasta ahora, la transmisión de los partidos de fútbol. Fue uno de los discursos más vergonzosos que he escuchado en mi vida.

En mis frecuentes viajes al exterior por razones de trabajo, en muchas ocasiones y ante las preguntas (y a veces burlas) me he sentido obligado a defender lo que, en el fondo, es indefendible: que en un país que produce alimentos para 300 millones de personas, el 40% de la población sea pobre (según el informe de la conferencia episcopal); que cada día mueran cinco niños de hambre; que sus niños y jóvenes pierdan más días por huelga de los maestros que los que están estudiando; que los hospitales no cuenten con insumos ni presupuesto; que un millón de jóvenes ni estudien ni trabajen (por no tener perspectivas); que el matrimonio presidencial multiplique su fortuna por tres en cuestión de meses; que la corrupción ya haya tomado dimensiones históricas y que el voto de la presidenta costara al Estado (¡ a nosotros!) 200.000 pesos (ella votó en Santa Cruz, para eso viajó en el Tango 01); que una parte de la población, en alguna parte del país, siempre esté de rehén de algún sector minoritario que, como único y exclusivo argumento de lucha, aplica el corte de una ruta, una calle, un puente?

¡Basta! A partir de ahora no los voy a defender más.

Reiner Kalmbach, DNI 92.869.738

Pastor de la Iglesia Evangélica del

Río de la Plata - Allen



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