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"Me salvaron la vida y eso no tiene precio"

Entre las 16:10 y las 16:30 del 12 de agosto, estando en mi lugar de trabajo -en Mitre al 100- fui gravemente herido. Al pedir auxilio, clientes circunstanciales del negocio me ayudaron a parar un taxi, al cual accedí diciéndole al taxista: "¡Fui apuñalado! ¡Lléveme al hospital!".

El taxista, al ver que me tocaba el costado izquierdo del tórax, hizo lo humanamente posible para llegar a la guardia; tocando bocina por la avenida se abrió paso y llegó a la misma a la brevedad, en no más de 5 minutos. Ofrecí pagarle, pero me dijo que no, que me atendieran. No conozco el nombre del chofer ni el número del móvil.

Al acceder a la guardia mucha gente del mismo hospital colaboró conmigo y me hicieron los primeros auxilios de acuerdo con el caso. Médicos, enfermeros, camilleros, policía y personal de rayos x lograron compensarme y me practicaron una cirugía de pulmón.

Quedé internado en el 4º piso. No quiero olvidarme de nadie: médicos, enfermeros, camilleros y estudiantes de la escuela de enfermería de Neuquén que circunstancialmente hacían su pasantía y cuando estaba inmovilizado me higienizaron e hicieron las curaciones correspondientes, el médico policial que se interesó por mi estado de salud, la médica forense y la camarógrafa que actuaron de oficio para la Justicia.

A los dos días volví al quirófano y fui operado nuevamente con éxito por todo el personal que participó en cirugía. El servicio alimentario, el personal de limpieza... todos estos profesionales de la salud me salvaron la vida, y eso no tiene precio.

Sólo Dios, fuente de toda razón y justicia, bendice estas cosas. Pido la bendición de todos por Jesucristo, nuestro Señor.

Al hospital provincial de Neuquén Dr. Eduardo Castro Rendón, a mi esposa, a mis familiares y a mis amigos, muchas gracias.

Carlos Daniel Arrieta

DNI 14.349.744

Neuquén



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