De un poco más de doscientos votos de diferencia es la brecha que para nuestra clase dirigente separa el éxito del fracaso, doscientos votos sobre un porcentaje aproximado del 41% del padrón. Y así y todo festejaron los que salieron primero aunque perdieron dos bancas y festejaron los que salieron segundos porque hirieron de muerte al dragón.

También festejaron los terceros, los cuartos y los quintos. En realidad fue una verdadera fiesta popular en donde cada partido justificó el gasto de la campaña y quedó reflejado sin medias tintas que lo que se busca es sólo el poder, a como dé lugar.

La nueva composición del Concejo Deliberante, con un 23,16% de lo que se dice mayoría, sólo representaría a un 9,2% de la población ya que sólo un poco más del 40% concurrió a las urnas.

No sé por qué se ponen contentos, creo que los festejadores deberían estar ocupados en preguntarse por qué la gente les da la espalda.

Eduardo Banchero

DNI 11.703.392

Neuquén