Desde el pasado 19 de octubre toda mi familia está viviendo una pesadilla. Mi hermano, Antonio Maslowski, fue acusado de violación con cargos múltiples. Somos gente trabajadora, que se ha limitado a esperar. ¿A esperar qué? Juicio. Juicio de unas personas sin escrúpulos que han optado por la mentira para cubrir su conducta indecente, mintiendo y acusando a un hombre de algo que no ocurrió. Tal vez somos ilusos, sí. ¿Cómo voy a pedir peras al olmo?

No puedo dar mayores detalles por la característica de la causa. Además de ser acusados de algo terrible, tenemos que callarnos. Porque así lo estipula la ley. Porque no tenemos derecho a decir lo que pensamos. Escribo en plural porque esto no sólo afecta a mi hermano. Nos afecta a todos. Padres, hermanos, hija y sobrinos.

Nuestro dolor no tiene derecho. Nuestros hijos también son menores. Tenemos valores (aunque les parezca irónico) y nos duele en lo más profundo el alcance de esta situación. Sólo nos queda la dignidad de saber lo que somos. Porque cada uno sabe lo que tiene en su nido.

Pero esta carta está dirigida a los que nos conocen. Agradecemos a todos los que nos han acompañado y tratamos de entender a los que nos han desconocido en los últimos diez meses.

Blanca Maslowski, DNI 24.078.049

Roca