El sábado 25 de julio fui, como siempre (por una cuestión de distancia), a los cajeros automáticos del BPN situados en la calle Nicaragua, de Centenario, donde resido. Pero al usar uno (el de la izquierda mirando al banco de frente), mi tarjeta quedó retenida.

Como era la primera vez que me pasaba, y teniendo en cuenta que la tarjeta estaba quebrada y pegada con cinta (vale aclarar que ya había ido anteriormente a ese cajero sin problema alguno), lo tomé como algo común y que tarde o temprano me iba a suceder. Debo aclarar que antes de irme me convencí a mí mismo probando con otra tarjeta, lo que no me fue permitido ya que el compartimento "receptor de tarjetas" cerró una compuerta, impidiendo colocar otra y menos aún retirar la que ya estaba adentro. Esto sumado a que en la pantalla del cajero estaba la frase "Cajero fuera de servicio, no inserte su tarjeta o su clave personal".

Pasado esto me retiré y concurrí nuevamente el lunes 27 al mediodía. Para empezar, me desagradó el poco interés que le pusieron al problema los individuos que me atendieron: un hombre que está en el lado derecho a la entrada del banco y una mujer.

Mostraron tal desinterés que me sonó para mis adentros como que "estamos ocupados, no molestes". Finalmente resultó ser que mi tarjeta no se encontraba en el banco. Con ello mi preocupación fue en aumento y, debido a la ineptitud para darme una solución, pedí hablar con otra persona, una mujer llamada Claudia, quien me dijo que no era posible que la tarjeta fuera sustraída por el cajero, ya que no se encontraba allí y no tenían registro alguno de que esto o algo parecido haya ocurrido. Ya alterado por lo sucedido, me marché muy desilusionado por la atención en ese banco.

Utilizo este medio para de alguna manera llegar a ellos y comentarles que yo también atiendo al público en general y, sin negar que haya tenido alguna vez algún problema con un cliente, les puedo asegurar que nunca les falté el respeto.

Matías Orellana

DNI 34.952.040

Centenario