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"No va a ser fácil dejar atrás la imagen de un Bariloche nazi"

Loable iniciativa la generada por ciudadanos barilochenses integrantes de las comunidades alemana y judía en función de instrumentar un compromiso activo contra toda forma de xenofobia y racismo, repudiando el Holocausto nazi.

Sin embargo, será necesario acompañar la mencionada iniciativa con muchas otras que promuevan fuertes políticas públicas en la misma dirección.

¿Por qué razón afirmamos esto? Porque el objetivo de dejar atrás la imagen de un Bariloche nazi implica, además de hacer docencia al respecto, asumir una actitud crítica, firme y activa frente a los hechos que periódicamente se suscitan y echan por tierra las buenas intenciones de los organizadores de actividades como la mencionada.

Paralelamente a la organización del seminario "Formadores de formadores", y en el marco de la celebración de un nuevo aniversario del Club Andino, se redobla el esfuerzo por reivindicar la figura del legendario andinista Otto Meiling. Detrás de la exaltación de sus dotes deportivas se oculta su pasado nazi. Las escenas de la película "Pacto de silencio" en las cuales don Otto prolijamente vestido con el uniforme de las SS en el Luna Park de Buenos Aires vitorea a Hitler o aquellas en que aparece entrenando a las juventudes hitlerianas a orillas del lago Gutiérrez son intencionalmente ocultadas.

Recientemente se descubrió que el genocida nazi de las Fosas Ardeatinas, el otrora "buen vecino" Erick Priebke, seguía figurando como ciudadano ilustre de nuestra ciudad en la página web de las colectividades europeo-argentinas. No tan recientemente, con motivo de la realización de una marcha al Centro Cívico en repudio del golpe militar de 1976, los manifestantes se encontraron con una exposición de cuadros del pintor nazi Toon Maes, con auspicio de la Dirección de Cultura de la municipalidad y de la biblioteca Sarmiento. La publicidad de la muestra destacaba las aptitudes pictóricas de Maes pero en ningún caso hacía mención de su pasado.

Rara coincidencia. El buen vecino, el pintor de la Suiza argentina y don Otto, el excelso andinista, son reivindicados por sus dotes culinarias, artísticas y deportivas sin que sus antecedentes nazis perjudiquen en lo más mínimo su imagen.

De no mediar un profundo debate y definiciones, no sólo privadas sino públicas, acerca de por qué estos personajes siguen aún hoy ocupando el lugar de próceres locales para una parte importante de la población, será imposible lograr el objetivo de borrar la imagen nazi de Bariloche. Para que esto suceda es necesario cambiar los referentes, quienes constituyen una parte fundamental de la identidad de un pueblo.

Así como es imposible hablar de democracia reivindicando la figura de Videla, también lo es instalar una conducta y una imagen antinazi reivindicando figuras cuya militancia a favor del nazismo ha sido una de las razones de su vida. Así como en algunos casos se reivindica la figura de ciudadanos a los cuales se les adjudica la caracterización de "ilustres", en otros habría que institucionalizar el repudio colectivo para que nunca más nuestra localidad sea identificada con sus nombres e historias y siga cargando con la vergüenza de sus acciones.

Habrá que pensar entonces en ordenanzas, en resoluciones del Inadi, en declaraciones públicas, en debates y en seminarios que no sólo ratifiquen la lucha contra la xenofobia y el racismo en general sino que además expongan con nombre y apellido con quién Bariloche no quiere ser identificada en el país y en el mundo. Esto debería ser acompañado por una fuerte campaña en los medios de comunicación apuntada a revertir la imagen positiva que habitualmente emiten sobre los mencionados personajes nazis. Consideramos que éste podría ser un aporte concreto para avanzar decididamente en instalar una imagen distinta de Bariloche.

Ángel Vainstein, DNI 8.591.160 - Bariloche



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