A propósito de la publicación del texto sobre educación sexual destinado a docentes, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, manifestó: "La educación sexual oficial sólo reivindica el derecho a fornicar lo más tempranamente posible y sin olvidar el condón". Inexplicablemente, la Iglesia Católica ha hecho una tergiversación de los términos y, más aún, de los diez mandamientos. Quizá todo parta del ya anacrónico voto de castidad, el que ha instalado una aversión y un rechazo hacia la sexualidad.

Lo que siempre nos enseñaron a través del catecismo es que el 5º mandamiento es "No matarás", el 6º "No fornicarás" y el 7º, "No robarás". Se considera así al 6º el pecado de los pecados. Pero veamos qué le dice Jehová a Moisés en el monte del Sinaí. Vayamos al libro del Éxodo, capítulo 20 versículo 14, donde se expresa que el 6º mandamiento nos ordena "No cometer adulterio". Estas tres palabras fueron cambiadas por "fornicar".

¿Qué significado se le otorga a este vocablo? Muy simple. "Fornicar" es coito, por lo que el 6º mandamiento pasó a decir "no tendrás relaciones sexuales, salvo que sea con tu mujer o tu marido, cuyo matrimonio haya sido santificado". Busquemos en el diccionario de la Real Academia Española el significado correcto. "Fornicar: tener ayuntamiento o cópula carnal fuera del matrimonio". Es decir, retornamos al "No cometerás adulterio", lo que representa que volvemos a Moisés y al Sinaí.

Pero monseñor Aguer distorsiona los conceptos y, cuando dice "fornicar", corrige a Moisés y a la Real Academia Española.

Víctor Peláez, LE 6.462.198

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