Hace poco más de un lustro que he comenzado a hacer uso de mi derecho a voto como ciudadana argentina y, como tal, no he dejado de escuchar el cansancio y hartazgo que toda la población tiene (tenemos) respecto de la "mala política", "los políticos", campañas de elecciones agotadoras que sólo nos dejan las calles y paredes del país sucias de inscripciones con nombres que reiteradas veces hemos visto que no se renuevan.

El 28 del mes pasado tuve la posibilidad de honrar nuestra democracia siendo autoridad de mesa, función a la que accedí luego de la simple inscripción por planilla en la Secretaría Electoral para tal deber cívico. Días antes, los medios difundían que se necesitaban personas para encargarse de dicha tarea, ya que muchas otras habían evadido ser presidentes, suplentes o fiscales de mesas olvidando lo mucho que costó construir el país democrático que dichosamente hoy poseemos. Hago referencia a las elecciones pasadas porque sentí mucha satisfacción al participar de un proceso que reafirma el Preámbulo de la Constitución que no sabemos valorar, mientras en otros países como Honduras sufren lo que la memoria argentina no puede olvidar después de más de 30 años vividos.

Cada vez que no cumplimos con los deberes como ciudadanos, como emitir un voto, no participamos en una "verdadera política", no defendemos derechos, no decidimos en nuestro barrio o entorno, no elaboramos propuestas, etc. "no estamos participando en nada", sólo nos quejamos con una visión negativa de todo. Todo es corrupción, todo es lo mismo, como si ese "todo" fuera ajeno a nosotros y "los demás" tuvieran que solucionarnos el futuro.

Hoy, que he comenzado un camino en la participación, en el compromiso político, en un proyecto que promueve "campañas limpias" como defienden en Las Lajas alumnos de una escuela, en donde creemos que no es necesario salir a pintar paredes para lograr que nuestros proyectos se debatan en el Concejo Deliberante, es que siento la necesidad de expresar que lo mejor no está en tiempos pasados, ni es utópico, sino que está en el compromiso individual de cada uno con aportes que confluyan hacia intereses comunes de toda la sociedad y de generaciones venideras.

D. Liley López, DNI 31.125.488

Neuquén

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