"En la fila tempranera de hospital, el pueblo soporta la espera buscando sanar... el desgarro evidente del profesional, motiva el trato prepotente de todo auxiliar... experimentan sus drogas buscando error, total el pobre no es noticia vivo, enfermo o muerto... las consultas mezquinas me dan razón y la desconfianza margina en mi reflexión... hermética".

Hace tres años, desde que mi hija estaba en mi panza, elegí un lugar maravilloso para que creciera en paz y en armonía.

Fuera de la locura cotidiana de la ciudad, lejos del estrés asfáltico. Pensando que sería lo mejor para que ella fuera descubriendo el mundo. Un lugar con aire puro, rodeado de una preciosa naturaleza, cerca del mar.

Hace tres años que, pese al hermoso paisaje que la naturaleza nos regala, me vengo equivocando en mi elección.

Hace dos años y tres meses exactamente vienen violando los derechos de mi hija y de muchos otros niños cuyos padres, al igual que yo, eligen este lugar para criarlos. Porque Las Grutas, a pesar del gran crecimiento turístico que tiene durante la temporada de verano y las inauguraciones de shopping, fuentes, veredas y arreglos que obviamente se hacen días antes de que lleguen los veraneantes, no ofrece nada para los que elegimos vivir en este lugar.

Tapan con falsas inauguraciones y mentirosos discursos lo poco y nada que hacen para el pueblo.

Los fundamentales derechos de los niños establecidos en la ley, los políticos se encargan de violarlos.

Por ejemplo, algo tan simple como el derecho a jugar, en todo el balneario Las Grutas no existe una plaza para que nuestros niños puedan disfrutar de actividades lúdicas, algo fundamental y tan necesario para nuestros hijos. Hay una sola plaza en el barrio Residentes con tres hamacas, un tobogán que sólo tiene la escalera y sube y baja rotos, cuando acá viven más de 6.000 habitantes. Pero eso no es lo peor, pese a que resulta muy importante para los niños.

Desde que mi hija nació, y seguramente que esto se viene arrastrando desde hace tiempo, también vienen violando el derecho de los niños a la salud, porque tanto en la salita de primeros auxilios de Las Grutas como en el hospital Aníbal Serra, de San Antonio Oeste, "no hay pediatras".Y la atención es negligente y vergonzosa. Juegan con nuestro tiempo, pero eso no es lo peor: juegan con la vida de nuestros hijos.

Diagnostican lo que quieren, se olvidan de los modales y tratan como si les estuvieran pidiendo un favor.

Días atrás corrí con mi beba para todos lados, me dijeron que era una simple angina, cuando en realidad se trataba de una severa bronquiolitis. Estuvo 6 días sin querer comer y con mucha fiebre, que llegaba a los 40º. Me mandaron a efectuarle unos análisis que hacía meses que no los realizaban por falta de insumos. Me derivaron al policlínico privado y estuve tres horas en el hospital esperando una simple firma que no quería aparecer. Cuando fui al policlínico hacía meses que ya no trabajaba para el hospital.

El "Señor doctor" de Las Grutas que me hizo la solicitud para derivarme al hospital de SAO me dijo que 38º y 40º de fiebre era lo mismo, que no me preocupara.

¿Con qué derecho juegan con la vida de mi hija?, ¿porque tienen guardapolvo blanco y su título en un cuadro se creen Dios? Tenía 40º de fiebre, temblaba como una hoja y deliraba. ¿Qué tengo que hacer como madre y como ciudadana de este lugar? ¿Tengo que viajar 180 km al pueblo más cercano para que a mi hija la atienda un pediatra y le hagan los análisis que necesita?

¿Por qué tan poco interés por parte de los profesionales y los que trabajan ahí? No saben lo que pasa en el hospital, no tienen idea de lo que hay, lo que se puede hacer y lo que no. Juegan con nosotros y lo más peligroso es que especulan con la vida de nuestros hijos.

"Señor intendente": ¿cuántas muertes más tienen que haber para que nuestros niños reciban la atención que se merecen?

"Hay que dar vuelta todo como la taba... el que no cambia todo no cambia nada". T. Gómez.

Cambiamos el mapa político de la región de UCR a FPV y nada cambió.

Cambiamos la directora del hospital y nada cambió.

Cambiamos el delegado y nada cambió.

Cambiamos la sala de atención primaria a hospital de Nivel 3 y nada cambió. Cambiamos el doble discurso y nada cambió.

Murieron dos niños y nada cambió.

Como el silencio otorga, estoy segura de que su silencio es el aval político y moral para que tantas injusticias nos sigan atropellando.

Malena Alarcón, DNI 31.532.682 - Las Grutas