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"El problema no está en los presidentes que tuvimos, está en nosotros" | ||
La creencia general nos dice que Alfonsín no servía, que Menem tampoco y la presidenta que está ahora no servirá para nada. Por eso estoy empezando a sospechar que el problema no está en los presidentes que tuvimos sino en en nosotros. Sí, nosotros como pueblo, como materia prima de un territorio. Porque pertenezco a un país donde la viveza es la moneda que siempre es valorada tanto o más que un dólar. Uno donde el hacerse rico de la noche a la mañana resulta una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo basada en valores y respeto a los demás. Pertenezco a un país donde los diarios lamentablemente no se podrán vender como en otros países: es decir, poniéndolos en las máquinas o en las banquetas donde se saca un periódico y se deja los demás donde están. Pertenezco a un país en el que las empresas y las oficinas del Estado son papelerías particulares, donde sus empleados deshonestos se llevan para su casa hojas de papel, cuadernos, lapiceras, etc. y todo lo que les falta para las tareas de la escuela de sus hijos. Donde la gente se siente triunfar si consigue robar la señal de cable del vecino. Donde la gente inventa sus declaraciones juradas para pagar menos impuestos o simplemente no paga; donde la impunidad es un hábito, donde los directivos de las empresas no generan capital humano alguno y donde no hay interés en la ecología. Un país donde las personas tiran la basura en la calle y luego le reclaman al gobierno por no darle mantenimiento a las alcantarillas de drenaje. Donde no existe la cultura por la lectura y no hay conciencia ni memoria de la política; tampoco interés por la economía, porque únicamente les interesan Diego Maradona y la selección argentina. Un país donde diputados y senadores trabajan pocos días al año y cobran todo lo demás como si fueran altos ejecutivos. Un país donde la licencia de conducir o los certificados médicos se pueden comprar sin ningún tipo de examen. Uno donde el derecho de paso es para un automóvil y no para el peatón; donde la gente está llena de faltas, que disfruta al criticar a sus representantes y políticos. Mientras más insultos a nuestros gobernantes, mejor soy yo como persona, a pesar de que ayer haya comprado películas y música piratas. Ya basta, sí basta. Como materia prima de un país, tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta mucho para ser los hombres y mujeres que nuestro país necesita, porque son defectos como pueblo la deshonestidad y la falta de calidad humana. Es realmente lo que tiene mal al país. Lo siento mucho aunque los presidentes hubieran renunciado. El próximo que le siga deberá seguir trabajando con la misma materia prima defectuosa. No hay ninguna garantía de que alguien lo pueda hacer mejor, porque en lugar de tomar los destinos en nuestras manos, siempre estamos esperando que alguien nos señale el camino a seguir. Primero debemos erradicar los vicios que tenemos como pueblo y después empezar a cambiar nosotros. Por eso ninguno sirvió ni servirán los que vendrán. ¿O necesitamos traer un dictador para que nos haga cumplir la ley con la fuerza y por intermedio del miedo o terror? Aquí hace falta hacer algo inteligente, no más piquetes en rutas o cacerolazos, paros, hasta que algo nuevo comience a surgir; si no, seguiremos igualmente condenados. Y sin importar dónde te vayas para cambiar tu vida, contigo siempre estarán estos vicios. Es muy bueno ser argentino y vivir como tal, pero cuando esa argentinidad empieza a hacerle algo al desarrollo de nuestra nación, ahí la cosa cambia. Ya que un nuevo presidente tampoco nada podrá hacer. Nos reflejamos en los triunfos de otros, porque los nuestros son escasos y no nos damos cuenta de que en lugar de buscar nuevos mercados, deberíamos apoyar el interno. Néstor Omar Arriagada DNI 16.696.383 Neuquén |
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