Hace algunos años, el cineasta Leonardo Favio -quien es históricamente considerado por la gran mayoría de los directores cinematográficos argentinos como el mejor que nuestro país haya dado- realizó una producción impar sobre la obra de gobierno que el máximo líder popular argentino del siglo pasado plasmó durante su gestión (luego trunca por la "gesta" "fusiladora" pro yanqui, oligárquica y clerical del ´55).

Así, a través de sucesivos capítulos, conocidos primero en formato VHS y que actualmente se difunden en DVD, con el nombre de "Perón: sinfonía del sentimiento" se recrea la monumental empresa que "El Viejo" (como le llamábamos cariñosamente en los setenta) llevó a cabo en nuestra patria y que, como Favio dice textualmente, "narra la historia de un pueblo que se tornó temible para los imperios de turno y sus cónsules locales, por haber encontrado el camino de la liberación y la felicidad y que por ello fue destruido, pues era un mal ejemplo que podía cundir".

Personalmente, agradeceré mientras viva al compañero Favio por la creación de esta obra estremecedora que nos dejó no sólo a los peronistas para recordarnos -desde lo más hondo de la sangre- por qué lo somos sino por erigirse también en una fuente insustituible de conocimiento para los jóvenes, ávidos de referencias con las que identificar sus propios anhelos de dignidad, felicidad y justicia.

Hoy, tras el desolador avance de la derecha macrista con su propuesta de reprivatizaciones, de la mano del lamentable candidato "alicate" de Tinelli y su absoluta orfandad de ideas y proyectos, es perentorio volver a abrevar en la esencia de los grandes ideales, hoy acechados por éstos y otros tenebrosos fantasmas del pasado.

"Perón: sinfonía del sentimiento" está dedicado por su director a los íconos de la identidad nacional. Por eso pueden verse allí, entre otros, los nombres de Rodolfo Walsh y también los de Pino Solanas y Octavio Gettino y los del legendario grupo "Cine Liberación", quienes en los setenta filmaron algunos pasajes documentales que Favio reproduce en esta joya.

Esta imperdible fiesta del alma hecha video puede encontrarse en los quioscos de diarios y revistas. Verla es, a mi parecer, absolutamente imprescindible para todos sin excepción, pero fundamentalmente para aquellos de memoria vacilante.

Alejandro Flynn

DNI 12.566.136

Neuquén