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"No es grave, es gravísimo"

Las designaciones a dedo fueron la principal causa que nos destruyó en toda historia argentina; si eso continúa seguiremos siendo pobres en un país rico. Todo comienza con el que gana las elecciones: éste nombra a sus amigos o allegados en puestos clave y a su vez los nuevos directores o ministros emplean a gente de su entorno. Es gravísimo para nuestro sistema democrático, porque nadie obtiene el puesto por mérito propio de acuerdo con su capacidad, estudio y experiencia.

Si estos cargos fuesen ganados por concurso a través de los años, con méritos ejemplares y no en una lista sábana, todo funcionaría mucho mejor. Demos algunos ejemplos. En el petróleo, un jefe que no sabe no puede dirigir un equipo de perforación, en cualquier fábrica el jefe que sabe manda, si no se va. Imaginemos que pusieran a dedo a un jefe para construir un avión: éste no sé si volaría y, si lo hiciera, provocaría un desastre en cualquier momento. O pensemos en un banco, con un gerente y su directorio nombrados por un político; ¿qué pasaría?: esta entidad empezaría a perder millones. Así que, señores de la política, si quieren ser grandes de verdad y no criticados como ladrones, a respetar la trayectoria y la eficiencia a rajatabla, porque en caso contrario será peor para ustedes: perderán votos. Sí, seguramente quede en sus bolsillos dinero mal ganado, lo que confirmaría su poca moral -si es que la tienen- y -ojalá- serán condenados al olvido o a un mal recuerdo por su pésima conducción y nosotros, el pueblo, pagaremos el daño provocado por sus malos y turbios manejos.

Imaginemos en la educación, en la Policía, en la Salud, en la Aduana, en la Justicia, en los bancos (estatales) y todos los cargos del Estado ejercidos por personas de gran trayectoria en lo suyo y con méritos de años. Les puedo asegurar que en breve nuestra Argentina pasaría a ser un país del Primer Mundo o quizá el número uno... y no estoy fantaseando, porque con gente con experiencia, honradez y capacidad los resultados van a aparecer casi como por arte de magia.

Un último y doloroso ejemplo. Recordemos a nuestra querida ex YPF e imaginémosla con gerentes eficientes metiendo presos al los empleados ladrones y expulsando a los vagos: jamás habría dado pérdidas, sí ganancias fabulosas, y hoy estaríamos pagando el litro de nafta, como exagerado, a 50 centavos.

Horacio Marcote

DNI 11.233.956 - Neuquén



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