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Ya fabrican biocombustibles sintéticos
La primera planta entró en producción este mes, en Alemania. Dicen que, al necesitar menos materia prima, no compite con los alimentos.

La primera planta de producción de biocombustibles sintéticos líquidos del mundo entró este mes en funcionamiento en la localidad alemana de Freiberg.
“Los biocombustibles sintéticos tienen actualmente el potencial de convertirse en un importante pilar de un abastecimiento de energía que proteja el medio ambiente”, dijo la canciller alemana Angela Merkel durante el acto de inauguración de la planta de la empresa Choren Industries.
El fluido se produce a partir de residuos forestales y plantas completas.
Estos biocombustibles, conocidos como BTL (biomass to liquid), deberán reemplazar gradualmente al aceite vegetal, el biodiésel y bioetanol como fuentes energéticas alternativas.
Choren Industries, que cuenta con unos 230 empleados, tiene como accionistas mayoritarios a inversores privados, pero también cuentan con participación minoritaria Shell, Daimler y Volkswagen. La empresa planea producir en Freiberg anualmente unos 18.000.000 de litros de biogasolina de segunda generación.
Esta cantidad, según la compañía, equivale al consumo de combustible de 15.000 vehículos por año, según un cable de la agencia de noticias DPA.
Merkel advirtió que los biocombustibles son importantes, pero que en total Alemania debe reducir hasta el 2020 en unos 270.000.000 de toneladas la emisión de dióxido de carbono a través del uso de energías renovables. Al menos 5.000.000 se deben ahorrar con el uso de biocombustibles. La canciller aseguró que el aumento de los precios de los alimentos no se debe al uso de biocombustibles sino que está impulsado por la política agraria y los cambios en los hábitos alimenticios de los países en vías de desarrollo. No es lo que piensa la ministra de Cooperación de su país (ver aparte). Los combustibles BTL tienen un papel clave para cumplir con los objetivos del clima en el ámbito del tránsito vehicular, subrayó el director gerente de Choren, Tom Blades. Para su producción se necesita menos de un tercio de la superficie cultivable que se requiere para la elaboración de cantidades similares de biodiésel. “De esta manera no estamos compitiendo con la producción de alimentos”, subrayó.
Para los agricultores también habrá oportunidades de usar superficies ociosas. El objetivo es garantizar un abastecimiento de energía más seguro y a precio razonable, dijo el gerente de Shell, Rob Routs. Con los biocombustibles de segunda generación, como el BTL, se da un paso decisivo a favor de la protección del clima, añadió. Sin embargo, según la opinión de la organización Greenpeace, también la biogasolina de segunda generación “vendrá del agro” y competirá con los alimentos. (Télam)

Piden que no se use más cereal

La ministra de Cooperación y Desarrollo alemana, Heidemarie Wieczorek-Zeul, llamó a suspender la utilización de cereales para la fabricación de biocarburantes.
“El derecho a la alimentación pesa más que el derecho a la movilidad”, declaró la ministra en Berlín, en un momento en que los biocarburantes están acusados de empeorar la crisis alimentaria que desató disturbios violentos en una docena de países.
Wieczorek-Zeul abogó por poner fin al recurso a los cereales, el trigo, el maíz y la colza para la fabricación de los biocarburantes hasta que se solvente la crisis.

Un cuarto de la responsabilidad

Los biocarburantes cargan con el 25% de la responsabilidad del aumento de los precios de los cereales en el 2007, declaró por su parte en Berlín el director del Instituto Internacional de Investigación sobre Política Alimentaria (International Food Policy Research Institute), Joachim von Braun.
“La producción de biocarburantes se debe poner a prueba”, estimó la ministra alemana. Wieczorek-Zeul aconseja esperar a la puesta a punto de las tecnologías de segunda generación, es decir, aquellas que permiten la fabricación de carburantes a partir de residuos agrícolas y madereros, que ya se inició en su país (ver central). (AFP)



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