>
"No hay peor amo que el que antes fue esclavo"

En Viedma, un grupo importante de personas, directa o indirectamente, hizo mucha plata fácil con el Estado: funcionarios de los distintos poderes, profesionales, proveedores y contratistas pagan suculentas coimas por obscuros negocios en los que lo menos malo es la coima ya que por ella se eligen las peores opciones y siempre el perjudicado es el pueblo.

Un sector de la clase pobre guardó su bronca, resentimiento y odio a sus orígenes y se llenó de envidia hacia las personas que estaban en una situación económica mejor que la suya. Pasó el tiempo y con astucia -cuando no inmoralidad- logró una situación económica que ni las personas más trabajadoras y ahorrativas pudieron alcanzar conservando parámetros morales.

Ésta es la clase formada por nuevos ricos; son los seres más egoístas, codiciosos, astutos, inescrupulosos e inmorales y proyectan en las personas que trabajan de empleados suyos el odio y la envidia que guardaron durante años.

Un capítulo aparte merece el maltrato que le prodigan al personal doméstico estas señoras, generalmente de doble personalidad, las que se reúnen frecuentemente con sus pares para competir por las cosas que compraron o los viajes que hicieron, en un juego de cinismo e hipocresía que da asco. Así pasan su vida estos personajes incapaces de ayudar a nadie que lo necesite; suelen parecerse mucho a los psicópatas, aquellos que lo cosifican todo y siempre tratan de sacar ventaja de todo. Hay excepciones pero son las menos, y aprovechan esta coyuntura impuesta por la mayoría de los medios de comunicación para dividir al mundo en ganadores y perdedores, entre los que tienen y los que no tienen plata... no importa cómo la hicieron, el asunto es tenerla y eso es lo que les da el valor. Muchos vendieron hasta el alma estafando y robando legalmente, con la impunidad que les da la justicia de los hombres, la que muchos de ellos conocen muy bien.

No tienen condena social y diría más: muchos los envidian, repitiendo así el deseo de convertirse en ricos sin importar los medios. El "Sálvese quien pueda" y el "Soy las cosas y la plata que tengo" parecen ser las consignas de estos tiempos.

Será difícil lograr un mundo mejor mientras esta forma de ser y de pensar predomine en las clases dominantes. Si ser pobre es una desgracia vista como una indignidad hasta por quienes lo son, para millones de personas el mundo será una verdadera condena.

René A Aguirre

DNI 8.213.919

Viedma



Use la opción de su browser para imprimir o haga clic aquí